Alberto García Ruvalcaba / Muérdago mental

AutorAlberto García Ruvalcaba

Las tapatías tienen la costumbre matutina de hidratar banquetas. La explicación de su comportamiento se resume en lo que me respondió una de ellas cuando le hice ver que el cemento, una vez fraguado, no necesita más agua: "estoy barriendo". Recuerdo haber pensado en la gratitud de los pisos sedientos, en las posibilidades de una misericordia inyectada a manguerazos, en la tierra pródiga devuelta a su jardinera, en los misterios de una región semidesértica que usa el agua para mojar sus limitaciones.

En la cuenca Lerma-Chapala las autoridades promueven que los agricultores elijan cultivos que no requieran de mucha agua. Mejor el cártamo y el garbanzo que el trigo, por ejemplo. Por la misma razón deberían ser evitados los eucaliptos desecadores de ciénagas. En la misteriosa Guadalajara, donde el agua escasea, el eucalipto es un preciado árbol de ornato.

La mamá de un compañero de primaria no permitía a sus hijos usar la sala de su casa. Esa área aterciopelada y refulgente de la casa de los Casillas vive en mi memoria dentro de un aparador. Los espacios valiosos están siempre a un paso de convertirse en santuarios. A los administradores de Los Colomos les gustaría también cubrir el bosque con el celofán de lo sagrado. Hace unas semanas cancelaron la tercera parte del estacionamiento moviendo tres metros una malla de alambre. Su furia puritana pronto nos arrojará del parque obligándonos a contemplarlo desde fuera con ojos enmicados.

La congruencia de estos ascéticos vigías es implacable. Al tiempo que expulsan de ese Edén natural al hombre, que todo lo corrompe y ensucia, abandonan sus árboles a merced de la planta sagrada de los celtas, el muérdago, que pronto los entregará, a su vez, a los rigores del estertor. Los resecadores eucaliptos, reciprocidades involuntarias, están siendo secados por el muérdago. El lento azote de esta plaga, que debería ser prioridad entre guardabosques, es desdeñado por estos sacerdotes del absurdo.

Hace unos días la tapatía Paulina Uribe Morfín fue amenazada por el Alcalde de Irapuato, Ricardo Ortiz Gutiérrez...

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