Cobran mafias a constructores

MURAL / Redacción

Entre enero y agosto de este año, el Sindicato Industrial de Trabajadores de la Construcción, Carga de Materiales, Obras Hidráulicas y Similares de la República Mexicana (SITC), afiliado a la CTM, depositó 80 contratos colectivos ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal.

De acuerdo con personal de empresas de construcción, la mayoría son "contratos de protección", que en realidad sirven como fachada de arreglos para evitar conflictos laborales en las obras.

El arquitecto José Manuel Zarur Matuk dijo que desde hace 22 años ha tenido que aceptar esos arreglos, ante la amenaza de cierre de obras y de demandas laborales.

Relató que luego de una demanda que, en ese entonces, le costó 5 mil pesos, entró en contacto con Mauro Avilés, delegado del SITC, con quien ha negociado alrededor de 40 contratos y quien le solicita entre mil y mil 500 pesos por obra.

En un primer momento, recordó, Avilés le exigió una cuota mensual para "proteger" sus obras, lo que rechazó.

"Le dije 'estás loco' y le di mil pesos. Me dio en contrato y efectivamente nunca me volvieron a molestar... En una ocasión tuve un problema con un trabajador, me demandó, fuimos a Conciliación y Arbitraje y el sindicato me apoyó", apuntó.

En la práctica, explicó el arquitecto, la relación laboral con los albañiles se maneja a través del "maestro" de la obra.

"Cuando tienes un maestro de mucha confianza se pueden hacer cosas que ayuden al trabajador y nadie sale perjudicado. Pero si un trabajador demanda, yo les digo 'espérame, por eso te pago, para que tú controles a tu gente", detalló.

Para Fernando Mariscal, también arquitecto, se trata de un esquema de protección al estilo de la mafia.

"Siguen a los camiones de materiales, para ubicar las obras, y luego luego se presentan a presionar. Los delegados llegan con un portafolios mugriento, sacan sus papeles y empiezan a chantajear, que te van a acusar en el Seguro Social, que van a estallar una huelga", relató.

Una vez que se llega a un arreglo, detalló, el delegado coloca una placa rojinegra con las siglas de su confederación -CTM, CROM, CROC-, una especie de marca para señalar que la obra ya tiene contrato colectivo y ningún otro sindicato puede llegar a reclamar su parte.

"Siempre guardo en mi oficina las placas que me entregan y las cuelgo y digo que ya pagué. Me dicen 'enséñeme el contrato porque esta es mi zona', y les contestó que no lo tengo a la mano. Y así los traigo hasta que se...

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