Entrevista / Francisco Javier Hidalgo y Costilla Hernández / Jurista precoz

AutorPedro Mellado

Carga sobre sus hombros una herencia histórica derivada de su ilustre antepasado, don Miguel Hidalgo y Costilla, el Padre de la Patria, de quien es descendiente directo de octava generación.

Fue un brillante estudiante de la carrera de Derecho en la Universidad de Guadalajara, donde se tituló con méritos relevantes un año antes de tener la mayoría de edad que exigía la Constitución del País.

Asegura que la justicia alternativa y los juicios orales serán muy importantes para mejorar la administración de justicia y propone la creación de un órgano autónomo de mediación institucional, para que resuelva controversias entre los Poderes del Estado.

En su productiva vida como jurista ha diseñado y promovido una buena cantidad de reglamentos y leyes que se aplican en Jalisco. Ha colaborado como servidor público en el Poder Judicial, el Gobierno estatal, los Gobiernos municipales de Guadalajara y Zapopan, además de haber sido regidor y diputado local.

Francisco Javier Hidalgo y Costilla Hernández nació en Guadalajara el 4 de diciembre de 1947. Hijo de Daniel Hidalgo y Costilla Íñiguez y de Emilia Hernández Márquez, tiene tres hermanos: Daniel, Jorge y Teresa. Casado con Alicia Romo González, procreó cinco hijos: Emilia Carina, Alejandra, Patricia Guadalupe, Miguel y Gabriela. Es abogado por la Universidad de Guadalajara, generación 1963-1968.

Tiene especialidades en Derecho Privado, Derecho Penal, Negociación Colectiva, Derecho Municipal y Derecho Notarial. Desde hace 40 años da clases en la UdeG.

Ilustre

¿Le ha pesado a usted llevar el ilustre apellido Hidalgo y Costilla?

En principio mi apellido es un gran orgullo, pero también una gran carga, una enorme responsabilidad. Siempre, al iniciarse los cursos en primaria, secundaria, preparatoria o facultad, había alguien que mostrada curiosidad y me preguntaba. Había que darles una explicación.

El Padre de la Patria, don Miguel Hidalgo y Costilla, tuvo un hijo en Guanajuato, llamado Lino Mariano, y de ahí viene la descendencia nuestra. Somos octava generación. Es hijo, nieto, bisnieto, tataranieto, chozno primero, chozno segundo y nosotros somos choznos terceros.

Me siento muy orgulloso de ser descendiente de un prócer, que era un hombre muy humano, muy inteligente, que hablaba varios idiomas y dialectos. Una persona con gran formación social, que tuvo mucho contacto con la gente. En Guanajuato y en la Ciudad de México he visto sus prendas, los utensilios que usó, y se me enchina la piel.

Como profesionista el apellido me ha comprometido por la enorme carga histórica que tiene. Igual peso sentía mi padre, quien era relojero y también estudió para radiotécnico.

Precoz

¿Por qué abogado?

Vengo de una cuna humilde. Yo crecí en el Barrio de la Sagrada Familia, nací en Francisco Zarco 614, casi esquina con Frías. Ahí...

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