EN EL DEBATE / Caro: sistema de Justicia

Héctor Moreno

La exoneración de Raúl Salinas de Gortari y la liberación de Rafael Caro Quintero ocurridos a tan sólo nueve meses del retorno al poder del Partido Revolucionario Institucional abre cuestionamientos sobre la conducción política del País.

Para muchos mexicanos esos personajes son emblemáticos de algunas de las épocas de mayor repudio a los gobiernos del PRI.

En ambos casos, los procesos legales han sido largos, complejos, oscuros y sus resoluciones -aún apegadas a la Ley- dejan una sensación de agravio social, pues de la impunidad se pasa a otra dimensión en la cual asaltan las dudas sobre la conducción que se le está dando al País.

Ahí radica la preocupación central.

La inseguridad y la economía son los retos principales del Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto y en este tiempo él ha tomado decisiones para generar consenso social, respaldado por las principales fuerzas políticas, a través de un mecanismo denominado Pacto por México.

En los dos retos confluyen factores con peso y dinámicas propias. Las economías de países desarrollados y sus conflictos con repercusión en nuestro desarrollo y estabilidad pueden ser parte del primero; y, en el segundo, la naturaleza y actividades oscuras propias de los grupos delincuenciales.

La devolución de 224 millones de pesos a Raúl Salinas de Gortari y la liberación de Rafael Caro Quintero encuadran, básicamente, en el tema de la inseguridad, y ante el agravio generado por las resoluciones judiciales en sus procesos crece socialmente la percepción de que la causa de tales desenlaces es el pago de facturas por respaldo político o parte de una madeja de entendimiento con los grupos delincuenciales para bajar la violencia en el País.

Es difícil entender y asumir la llegada de un PRI nuevo, con prácticas políticas diferentes, con un proyecto de modernización si la ciudadanía percibe que estos personajes y lo que ellos representan son sus aliados, por decir lo más suave. Sorprende a cualquiera pensar que con ellos se pretende renovar al país y a la política.

Si el voto ciudadano para lograr el retorno del PRI estuvo motivado -como señalan prácticamente todas las encuestas- por el hartazgo de una violencia fuera de control cuyo saldo son decenas de miles de muertos y por la frustración de cambios de fondo, estos sucesos de Salinas de Gortari y de Caro Quintero colocan a los mexicanos en la sala del desencanto de la opción elegida hace un año.

Se está generando un manto de dudas sobre la...

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