Deja su corazón en México

AutorAntonio Bertrán

Alfredo de Micheli camina arrastrando los pies, pero su andar por los pasillos del Instituto Nacional de Cardiología conserva mucho del brío con el que llegó en 1957.

Menudo de estatura, ligeramente encorvado, cuando toma el brazo del visitante para cederle el paso -lo cual hace invariablemente-, su tacto transmite una energía que resulta singular en un hombre de 87 años.

La vida de este médico de origen italiano que formó parte del equipo de pioneros de la electrocardiografía en México tiene muchos rasgos fuera de lo común: está solo en el mundo, hace 12 años sufrió un infarto sin dolor alguno, su platillo favorito son las verduras cocidas, trabaja todos los días -sábados y domingos incluidos- y lee a los clásicos en latín y griego.

"Sí, es una vida prácticamente monástica", reconoce, aunque nunca tuvo la inquietud de ser sacerdote, a pesar de haber estudiado en la juventud con barnabitas o clérigos regulares de San Pablo, una orden -ilustra- fundada por el médico San Antonio María Zaccaria en 1530.

La entrevista tiene lugar en la pequeña biblioteca del Departamento de Farmacología, en el sexto piso del edificio de Medicina Experimental, a dos puertas de donde está su oficina como editor ejecutivo de la revista trimestral Archivos de Cardiología de México, que ocupa desde 1989.

Alfredo Alessandro de Micheli Serra conserva el acento de su natal Calabria, aunque al referirle su origen lo primero que hace es corregir: "No, yo soy mexicano; originalmente soy italiano pero obtuve la ciudadanía mexicana en 1994".

Hijo de un ingeniero civil y nieto de un médico al que no conoció, De Micheli empezó a estudiar medicina en la Universidad de Nápoles, en plena II Guerra Mundial. Era 1944, tenía 18 años y había recibido una notificación para presentarse al servicio militar.

"Los alemanes habían tomado Italia, así que los que se presentaban eran enviados a Alemania a trabajar, y yo no me presenté; estuve viviendo con los partisanos, con los rebeldes, así es que si me agarraban me fusilaban", cuenta y ríe al tiempo que sus ojos color café se tornan chispeantes.

La carrera la terminó en la Universidad de Módena en 1950 y luego se especializó en medicina interna y hematología en Pavía, con la tesis "Una Constelación de Pruebas de la Función Hepática".

Optó por la pequeña ciudad de Bruselas en lugar del tumultuoso y alegre París para hacer la especialidad en cardiología. Estudió tres años en el Hospital Universitario Saint Pierre, de 1954 a 1956. Fue el jefe de la...

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