Directora de instinto

AutorGustavo Aréchiga

Si solamente el ojo incauto observara cómo se agitan las manos de Alondra de la Parra, juraría que nada tienen que ver con batutas y orquestas, sino con un movimiento similar al de una bailarina de ballet.

Justo cuando dirige, los dedos largos de esta joven mexicana acusan huesos de pianista, y suben y bajan, y se calman y luego hacen aspavientos siguiendo la lectura de las notas.

Su forma de dirigir es esta: Alondra primero aclama a que los violines toquen pianissimo, con un sutil movimiento de muñeca, y luego invocan a que todo mundo se calle, cerrando presta su puño como si fuera a dar un golpe fatal.

De la Parra, 25 años, directora, obsesiva a veces con la perfección musical, vive en Nueva York desde hace cinco años y sus dos conciertos este fin de semana en el Teatro Degollado con la Filarmónica marcarán la segunda ocasión en la que se presente con una orquesta en México.

Después de que a los 13 años decidió tajantemente convertirse en lo que pocas, muy pocas mujeres en México sueñan, una década después lo ha logrado, y encuentra que entre un hombre y una mujer no hay diferencias radicales al respecto de la dirección orquestal.

"Yo no sé cómo es ser directora mujer, porque nunca he sido otra cosa en la vida, porque no si el hombre o la mujer tengan alguna diferencia radical. Yo mejor lo veo así: o una mujer directora está preparada o no está preparada; o es amable o no lo es; o una goza a la orquesta o no la goza; o una está fuerte en el escenario o una es débil", explica.

"Quizá como mujer tenemos ventajas: tenemos el instinto muy vivo. Como niñas, vemos lo que sucede a nuestro alrededor, como madres estamos leyendo al niño y lo que le pasa, creo que siento que estamos pendientes de lo que pasa con la demás gente, y gran parte de la dirección es eso: saber pedir, enfrentar, escuchar".

Justo con ese instinto, De la Parra ha transitado bajo los adjetivos que el The Wall Street Journal le concedió: "elegante, segura y lírica".

Así paso de la St. Leonard's Mayfield School Orchestra, en Inglaterra, donde fue asistente del director y empuñó la batuta por primera vez, a la New Amsterdam Symphony Orches-tra o la The New York Grand Opera, en el ciclo de las óperas de Verdi.

Y en ese impulso pudo también conformar la Mexican American Symphony Orchestra, cuya misión fundamental es divulgar la música creada en México y Latinoamérica.

En todo este camino, además del instinto, han estado las formas: la dirección orquestal es un "conductor de...

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