Sobreaviso/ Factores y actores

AutorRené Delgado

Lentamente pero con paso firme, los factores de poder aparecen en la escena. Se les puede reprochar su irrupción, pero lo cierto es que no se sienten bien representados y, por lo visto, ponderan si conviene o no desplazar o despedir a los actores. Si, a fin de cuentas, los factores de poder son los dueños del circo no ven por qué seguir dependiendo de los payasos.

Semana a semana, la clase política recibe mensajes y señales muy precisas del lamentable espectáculo que están ofreciendo y, a pesar de ello, siguen practicando la política del desencuentro. Las dirigencias partidistas y las coordinaciones parlamentarias no consiguen encabezar a sus respectivas formaciones o fracciones, y ahí es donde se explica por qué se están dando rupturas dentro de sus propias organizaciones, por qué los sindicatos comienzan a ocupar la calle, por qué los gobernadores se están moviendo y por qué los grupos sociales hacen del servidor público el mejor rehén para exigir atención a sus reclamos. Y, junto con ellos, el Gobierno sigue actuando como un conjunto de individuos que no integra un equipo.

Es una paradoja negra: la clase política que debería consolidar la democracia y fortalecer el Estado Derecho es la primera en vulnerarla y debilitarlo.

Desde hace varias semanas, la degradación de la política es cada vez más notoria y llama la atención cómo la clase política se regocija en ello.

El sindicato de los electricistas ya salió a la calle en contra de la reforma eléctrica. El sindicato de petroleros vela armas ante los movimientos del contralor y el Procurador de la República. El sindicato del Metro en combinación con el sindicato de la burocracia del Distrito Federal amenaza con paralizar a la capital de la República. La central campesina tricolor rompió con el dirigente de su partido. Un sector del magisterio está atento para salir en defensa de su lideresa, ante la embestida que en su contra emprenden algunos grupos y compañeros de su propio partido.

Los Gobernadores, sobre todo los del PRI y el PRD, comienzan a cobrar conciencia de su peso y del rol determinante que podrán jugar en la elección del año entrante. Algunos de ellos tienen estilo, experiencia y conocimiento político y tratan de acomodar las piezas del ajedrez para jugar con elegancia la partida. Otros, nomás saben que tienen fuerza y peso y se mueven con la delicadeza de un rinoceronte enojado dentro de una oficina de Gobierno. Sin embargo, todos saben que su voz y su poder cuentan y se...

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