EL GABINETE DEL DR. CALIGARI / Deslinde

AutorAlfonso Islas

En los últimos tiempos se ha formado la imagen de la unión indisoluble entre la típica señora de posición social y su gran camioneta de modelo reciente de gran tonelaje, que vemos transitar por nuestras calles, con sus faros prendidos aunque sean las 12 del día. A la par, se piensa que la tecnología transgénica daña necesariamente al medio ambiente.

No es así, la encopetada señora que maneja el insultante vehículo referido, podría bajarse de él, sobre todo si va sola y tomar una bicicleta. De manera análoga, la tecnología transgénica puede dejar de beneficiar solo a los productores y ser de utilidad para los consumidores.

Dicho lo anterior me deslindo enfáticamente, tanto del abuso de las Van manejadas por una sola señora a bordo, como de la producción de semillas pensando sólo en las ganancias de las transnacionales como Monsanto, sobre todo en estos días en que el gobierno federal acaba de liberar una serie de leyes para permitir la siembra de esas "semillas del diablo".

Efectivamente, las grandes compañías, incluidas en el TLC, son aceptadas en los acuerdos que incluyen otras acciones como el rescate de nuestro Tesoro Petrolero en aguas profundas del Golfo de México, siempre pensando en compartirlo con nuestros socios naturales.

Pero la que paga el plato, ante la ignorancia de los grupos ecologistas, es la ciencia y la tecnología que son confundidas con los neoliberales que imponen sus visiones de negocio sobre cualquier consideración de desarrollo del País.

Sin...

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