La Gaceta del Charro / La calle del ángel

AutorGermán Dehesa

Aquí en la Capital, la Colonia San José Insurgentes, como tal, data de los años 40 del Siglo 20. Antes era una hacienda y me imagino que antes era puro campito. Todavía hoy es un ámbito residencial plácido y sosegado, aunque comienza ya a ser asfixiado por el exceso de vehículos, el deterioro ambiental y la sobreexplotación de sus zonas habitacionales y de los servicios que su crecimiento poblacional demanda. Con todo, San José Insurgentes todavía conserva calles caminables, rincones gratos y plazas amables. Lo sé porque aquí tengo, con vista a un parquecito circular, mis oficinas donde trabajo con razonable calma y sin más sobresalto que el que me provoca la señora que, desde la Semana Santa y a lo largo de todo mayo, entona cantos místicos con una energía que debería dedicar al silencio. Aquí cerca está, muy simbólicamente, la Calle del Angel, que solía ser risueña. Ya no lo es porque los oscuros poderes decidieron vulnerar también este minúsculo paraíso. Es enormemente desconsolador comprobar que sigue imperando la vocación de ruido, de fealdad y de atropello que poseen muchos de nuestros "negociantes inmobiliarios".

Precisamente en la calle del Angel estuvo la que fue casa de Jorge Negrete. Digo "estuvo" porque ya no está. Un arrasador madruguete consumado durante la Semana Santa borró esa casa de la faz de la colonia. Desapareció. Los vecinos brincaron de inmediato y, con muchos trabajos, pudieron averiguar que en ese terreno y al grito de ¡Ay, Jalisco (¿o Schiaffino?), no te rajes!, se disponen a edificar un condominio de seis niveles que modificará drástica y negativamente el perfil de esa calle y de la colonia entera que, como ya decíamos, está al borde de la saturación vehicular y de la incapacidad en el suministro de servicios. ¿De parte de quién?, ¿con permiso de quién?, ¿para beneficio de quién?.

En estos bellos tiempos preelectorales, en las Delegaciones del DF todo es provisional, nadie dice que sí, nadie dice que no y todos avisan que están ahí "nomás por mientras" (que digan que estoy dormido). Con esto se han topado los vecinos en la Delegación Benito Juárez: bien a bien, nadie sabe nada y todo se extravía en un laberinto de reglamentos de uso de suelo que ya traen adosadas excepciones, modificaciones y variadas maromas; pero todo es "por mientras". Lo que no es provisional es la excavación de...

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