Germán Behn Ochoa: El filósofo de la meteorología

AutorMargarita Valle

La mirada atenta y la inteligencia del alumno aplicado convirtieron a Germán Behn Ochoa en el discípulo predilecto del presbítero Severo Díaz Galindo.

Como su asistente, Behn Ochoa aprendió del presbítero hasta convertirse en su colaborador para explorar de manera analítica la meteorología.

La ingeniería civil fue la profesión que estudió Behn Ochoa, hijo de padre alemán pero tapatío de nacimiento. La licenciatura la cursó en la Universidad Autónoma de Guadalajara cuando ésta apenas iniciaba a formar profesionistas.

Durante sus clases, comentó el decano de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística, Fernán Santoscoy Faudon, el presbítero y científico jalisciense notó la particularidad de uno de sus alumnos.

"El padre se dio cuenta que (Behn Ochoa) le ponía toda la atención y era muy inteligente entonces de ahí en adelante fue casi su secretario particular", comentó Santoscoy Faudon.

Al tiempo que compartía su inquietud por descifrar los misteriosos fenómenos meteorológicos, el ingeniero también compartía sus enseñanzas como catedrático en su Alma Mater y en la Universidad de Guadalajara.

Santoscoy Faudon describió que quizá la particularidad más grande del ingeniero y meteorólogo es que no se quedaba con versiones superficiales, siempre andaba en la búsqueda de lo más profundo.

"Era muy introvertido, digamos, pero tenía una cualidad, le gustaba profundizar los temas, entonces por eso, aunque después se dedicó a vender terrenos, se quedó con el cosquilleo de escribir sobre la Laguna de Chapala, sobre el clima, la meteorología", platicó Santoscoy Faudon.

Añadió que como parte de su labor al lado de Díaz Galindo, creen que quien proporcionaba los datos era el presbítero pero...

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