Guadalupe Loaeza / El abuelo y el nieto

AutorGuadalupe Loaeza

Apenas entró al vestíbulo el abuelo de 96 años en su silla de ruedas, su nieto de 1.82 metros de altura se arrodillo frente a él. Los dos se miraban a los ojos con complicidad y mucha ternura. No era para menos. Hacía 45 años que el abuelo había tomado protesta como Gobernador de los poblanos. Ahora su nieto rendía su Tercer Informe de Gobierno, en dicho lugar.

"El 1o. de febrero de 1969, en este mismo recinto, rindió protesta como gobernador de Puebla mi abuelo, el general Rafael Moreno Valle, que nos honra con su presencia. Por ello, inspirado en el legado de las generaciones que nos antecedieron, he trabajado por el bienestar de los poblanos y el desarrollo del estado". El abuelo, sumido en la butaca, un poco encorvado, escuchaba a su nieto, conmovido. Era el mayor de sus 13 nietos quien hablaba, el mismo que había llevado personalmente al Registro Civil para registrarlo. "Ahora mi nieto es poblano, porque cuando sea grande será gobernador del estado", se ufanaba frente a sus compañeros de poker, juego que hasta antes de ayer en la noche practicaba con una gran destreza. Hay que decir que el abuelo se recibió en 1940 en la Escuela Médico Militar. Como su nieto, también él estudio en universidades estadounidenses. En 1945 se especializó en ortopedia en la Universidad de Tulane del estado de Louisiana. Un año después el abuelo fue nombrado director del Hospital Central Militar. Ya convertido en General Brigadier empezó a dedicarse a la política. Aun cuando fuera senador, Secretario de Salud del Gobierno de la República y Gobernador (1969-1972), nunca dejó de ejercer su profesión de médico. Todavía ahora lo recuerdan muchos pacientes como un doctor dedicado pero, por encima de todo, como a un hombre muy generoso. A muchos no les cobraba, aunque se hubiera tratado de operaciones muy complejas. Entre las numerosas asociaciones de las que formó parte, fue presidente nacional de la Cruz Roja Mexicana del 2000 al 2004. En el 2012, el nieto le dio una gran sorpresa a su abuelo. El domingo 4 de marzo de ese año, Rafael Moreno Valle Rosas inauguró el hospital integral con el nombre de su bisabuela, Engracia Valle, madre del abuelo, en Tulcingo de Valle. Doña Engracia era una mujer muy luchona y trabajadora, su única obsesión era que su hijo Rafael estudiara medicina en el colegio militar de la Capital. ¡Qué bisabuela tan visionaria!, cuyo...

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