Isabel Sepúlveda / Vialidades colapsadas

AutorIsabel Sepúlveda

En una ciudad diseñada para el auto y no para un transporte público masivo, digno y eficiente, los congestionamientos en las "vías rápidas" se viven con resignación, hasta que nos damos cuenta que el atorón vial se debe a un choque, leve en la mayoría de las ocasiones, entre dos vehículos que podrían moverse para no obstaculizar el tráfico.

El primer gran problema de estos mini accidentes son sus múltiples y negativas consecuencias: más contaminación, pérdida de tiempo, de horas/trabajo, desperdicio de gasolina, bloqueo a servicios de emergencia, etcétera. Accidentes y consecuencias que seguirán creciendo si las opciones de movilidad colectiva siguen siendo pocas, ineficientes, mal distribuidas e incómodas. Datos del Observatorio Ciudadano Jalisco Cómo Vamos muestran el descenso en el uso del transporte público en la ZMG: en 2013, el 68.1 por ciento de la población lo usaba; en la encuesta de noviembre del 2016, el porcentaje bajó al 59.5.

El segundo problema es la desconfianza ciudadana en el otro. Los involucrados no se mueven por temor de que, quien haya sido culpable, cambie la versión de los hechos al llegar al lugar Movilidad y los ajustadores, y así ambos vehículos acaben en el corralón con todos los gastos e inconvenientes adicionales que implica. Esto es fácil de solucionar si se exigiera a los dueños de vehículos y conductores que contaran con lo siguiente: un gis en la guantera para marcar con una cruz el sitio de las llantas de los autos involucrados y/o una aplicación en el celular, que ya existe, para conectarse por GPS y video con las compañías aseguradoras, y lo más importante, un seguro de daños a terceros.

El tercer problema es la falta de voluntad de las autoridades para aplicar la Ley. En Jalisco las bases para la aplicación del seguro de responsabilidad civil y deslindes de siniestros ya están establecidos en el artículo 153 de la Ley de Movilidad. Existe la obligación de contar con un seguro, pero tan sólo el 25 por ciento de dueños de vehículos se aseguran. Cifra baja comparada con el 30 nacional e ínfima en relación a Nuevo León donde casi el 90 por ciento están asegurados. La aplicación de la Ley ha sido frenada por motivos políticos, para no perder votos o por intereses oscuros. Así, se protege a unos y se desprotege a las víctimas de un accidente, ya sea...

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