José Luis Cuéllar Garza / El albacea de la sociedad

AutorJosé Luis Cuéllar Garza

La sociedad occidental está erigida sobre una institución jurídico-económica fundamental: la propiedad. Igual que la economía capitalista pende de la propiedad privada para su eficiente funcionamiento. Se puede ser propietario de derechos intelectuales, de vehículos o acciones de una sociedad. Todas estas propiedades están constituidas o materializadas en diversos instrumentos (facturas, títulos, contratos) y son protegidas mediante diversas instituciones, ordenamientos o sistemas. Para ello existe, por ejemplo, el Registro Nacional de Derechos de Autor y se ha tratado de perfeccionar, con muy poca fortuna, el Registro Nacional de Vehículos.

La madre de todas las propiedades es, sin embargo, la propiedad inmobiliaria. Y para ella se ha perfeccionado a lo largo de siglos el más complejo desarrollo legislativo, se ha sacralizado a la escritura pública como el documento más confiable del patrimonio individual, familiar o empresarial, se ha protegido a la institución del Notariado Público como depositario, ni más ni menos que de la Fe -es decir, la confianza en la rectitud de su actuación, la presunción de verdad en su palabra- de toda una sociedad, y se constituyó en el seno de los Gobiernos estatales la figura del Registro Público de la Propiedad y del Comercio. De esta manera, el poder público y el gremio de notarios comparten la grave responsabilidad de ofrecer certeza jurídica a la riqueza de la sociedad y al funcionamiento de la economía.

Cuanto podamos decir respecto a la importancia del Registro en la historia, la vida cotidiana y el futuro de nuestra comunidad es poco. Todos nosotros hemos debido pasar por sus instalaciones alguna vez en la vida o bien, hemos usado sus servicios mediante las gestiones realizadas por los profesionales que de él dependen, para registrar la compra de algún departamento o una casa, obtener un certificado de libertad de gravámenes o, por el contrario, solicitar la inscripción de un adeudo, garantía, restricción o limitante a determinado bien.

En el Registro Público de la Propiedad y el Comercio de Jalisco están guardados más de 100 mil libros en los que se ha depositado a su vez, la custodia de cientos de miles, en realidad millones, de escrituras en las que se asienta la legal propiedad del patrimonio inmobiliario de nuestra entidad y se toma nota de su situación jurídica. Cada día se tramitan ahí varios cientos de documentos, de los que dependen operaciones crediticias o patrimoniales que representan...

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