Juan Pedro Oriol / El Santuario

AutorJuan Pedro Oriol

Per-agros: pasar o caminar a través del campo. A eso se refiere la composición en latín de los dos vocablos per-agros que, desde tiempos ancestrales y hasta hoy, sigue describiendo a la persona -peregrinus- que camina a través del campo, fuera del lugar de su residencia, lejos de casa. Después se acuñó el término peregrinatio, que significa una estancia fuera del país, una andadura, un viaje. Y hasta el Siglo 12 fue cuando este vocablo empezó a designar unívocamente la práctica religiosa de visitar lugares sagrados.

Es un hecho que constatamos cada día, y su explicación es más espiritual que racional. Desde la antigüedad, peregrinar ha sido una constante en la vida de la humanidad. A través de la historia, millones de peregrinos han realizado este tipo de viajes. Los motivos son variados, desde ofrendar algo y pedir un favor, hasta seguir con una tradición familiar o cumplir con una promesa hecha a Dios, eso que en Latinoamérica coloquialmente llamamos "manda".

En el 2000, la Santa Sede publicó un documento sobre el peregrinaje. En él se estimaba que cada año los centros de culto religioso reciben unos 250 millones de personas, de las cuales, un 70 por ciento son cristianos. Los centros de mayor afluencia siguen siendo El Vaticano, en Roma; Lourdes, en Francia; Fátima, en Portugal y Guadalupe, en México. Como se ve, los santuarios marianos desempeñan un papel primordial en este rubro, pues la mayoría de los lugares de peregrinación del cristianismo está relacionada con el culto de la Virgen María -alrededor del 80 por ciento- Ya lo decía Juan Pablo II: "Los santuarios marianos pertenecen a la herencia espiritual y cultural de un pueblo dado y poseen una gran fuerza de atracción y radiación". De allí que en las últimas décadas el turismo religioso ha ido ganando terreno y aceptación, que, lejos de ser una manera de lucrar fríamente, es una forma de no despreciar las expresiones de fe que tienen hondas raíces en el ser popular.

Lourdes. Esta pequeña ciudad que apenas roza los 16 mil habitantes, es la segunda ciudad francesa en cuanto a oferta de hospedaje y de servicios turísticos. Y todo gracias a que alberga el Santuario de la Virgen de Lourdes, que es ícono y símbolo no sólo de Francia, sino de Europa entera.

Cada año, más de 5 millones de visitantes llegan a Lourdes procedentes de 150 países. La zona de hospedaje cuenta con 270 hoteles y 13 zonas de campamento. Alrededor del santuario se sitúan 48 complejos de edificios, en los que...

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