De letras fértiles

AutorAlina Midori Hernández

Si él fuera un libro sería el único ejemplar de una antología de ficción, geografía, poesía y medicina.

Las ciencias y las artes se quedan cortas cuando Efraín Pérez Peña rinde cuentas de lo que ha sido su trayectoria como médico ginecólogo dedicado a la infertilidad y la reproducción asistida, a la vez que se ha dedicado a escribir libros y leer, sobre todo leer.

Además de su extenso camino en el campo de la salud, ha dedicado las primeras horas de su rutina a desarrollar textos que puedan ayudar a la comunidad y, sin ser su principal objetivo, merecer más de un premio.

"Me levanto muy temprano. Me gusta mucho escribir. Esta es mi pasión, escribir. He sido invitado también para escribir libros sobre cómo escribir libros", reconoce Pérez Peña, sentado tras un escritorio sobre el cual están algunos ejemplares de su autoría, sus obras, tesoros que sus manos crearon.

Y su corazón es tan grande que, además de apasionarle la escritura, le cabe un amor igual de inmenso por la lectura.

"El escribir es una de mis pasiones, pero también soy un lector. Yo devoro todo lo que se produce, soy un lector apasionado. Me gusta leer de todo. Lo último que leí es un libro de (Gustavo) Díaz Ordaz que se llama 'Disparo en la Oscuridad', que trae todos los acontecimientos desde la embajada que le dieron en España, lo de Tlatelolco, lo de su muerte, su enfermedad".

No cuesta trabajo creerlo al visitar su casa, un hogar que rinde culto a un ejército de páginas y a todas las posibilidades que residen entre las hojas.

"Hay casas con libros y hay libros a los que se les construyen casas, yo creo que la mía... No hay pared que no tenga libros", admite sobre las habitaciones que conforman su casa, un lugar donde cada rincón resguarda una aventura de cualquier género.

Un prólogo en Coahuila Pero el amor de Pérez Peña por la lectura y la escritura no es un sentimiento fortuito. Tiene origen en su natal Nueva Rosita, un pueblo al norte de Coahuila y a 122 kilómetros al sur de la frontera con Texas.

"Los maestros fueron los que lo motivaban a uno a que fuera mejor. Tuve excelentes maestros, para mí es una pena que a veces, por algunos maestros, se degrade la profesión de Maestro. Yo pienso que la influencia fue tan buena que yo me dediqué a ser maestro a la vez", Tanto influyó aquella escuela en Coahuila en sus decisiones que, aún ahora que han pasado las décadas, Pérez Peña sonríe al recordar a quien le sirvió de ejemplo.

"¡El profesor Fortunato! Él era el director de la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR