Modifica Holanda el uso de templos

AutorInder Bugarin

MURAL/ Holanda

AMSTERDAM.- Al igual que la generación de su abuela, Femke Marcar asiste todos los sábados a la Iglesia del Parque Vondel, "Vondelparkkerk", en Amsterdam, pero con la simple diferencia de que la joven de 26 años no viene a profesar ninguna doctrina, sino a su clase de ballet. "No sé lo que diría mi abuela, quizás que somos una generación perdida, pero somos prácticos y en un país donde los espacios son limitados hay que aprovecharlos al máximo y eso es lo que estamos haciendo con los lugares que ya nadie utiliza", dice Femke durante el receso.

Fundada por los reformistas holandeses en el siglo 19, Vondelparkkerk es ahora el Centro de Danza de Amsterdam y un claro ejemplo del destino de muchas iglesias que, ante la falta de feligreses, terminan siendo usadas con fines totalmente ajenos al concepto inicial.

En la última década 623 iglesias han desaparecido como centro de culto, una tendencia que se ha acentuado en los últimos años, de acuerdo con un estudio realizado por el servicio de consultores Reliplan Amsterdam a solicitud del diario NRC Handelsblad.

A principios de los años 90, cerca de 40 iglesias al año eran derribadas o reorientadas a otras actividades; en los últimos cinco años el número de recintos afectados supera los 70 anuales. Muchos de estos aposentos religiosos ahora son bibliotecas, museos, oficinas y casa habitación, principalmente de diócesis católicas, luteranas, evangélicas y reformistas neerlandesas construidas en los años 60 y 70 cuando el país experimentaba una nueva urbanización tras dejar en el pasado los años de la guerra.

"Y los que aún tenemos abiertas las puertas debemos buscar nuevas formas de subsistencia ante la falta de ayuda del Gobierno, la especulación del precio de la propiedad, la lucha por la tierra en las ciudades y el creciente poder de las compañías de bienes raíces", opina Lilian de Boer, voluntaria de la iglesia parroquial protestante más antigua de Amsterdam, De Oude Kerk.

La Iglesia Vieja de Amsterdam, que remonta sus primeros cimientos al año 1300, recauda fondos cobrando a 3 euros la entrada, exhibiendo obras de arte, celebrando conciertos o rentando sus salones para cocteles y recepciones, puesto que es imposible subsistir con los 140 ancianos que asisten a misa cada domingo.

En conversación con REFORMA, Peter Kohnen, del Secretariado de la Comunidad Católica Romana en Países Bajos (SRKK, por sus siglas en holandés) considera el fenómeno como una evolución y un pasaje de la...

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