Pata de Perro / Tatuar el humo

AutorAlonso Vera

La historia de algunos nos platica que hace 2 mil 6 años al presente mes nació de María, por intercesión divina, el Hijo de Dios. Tuvo a bien hacerlo en la humilde Belén, ciudad que hoy día forma parte del territorio que se dice representa la faceta más compleja del conflicto Árabe-Israelí por su relevancia religiosa para los palestinos, israelíes y jordanos, sin mencionar a los cristianos: el Banco Oeste.

Además del nacimiento pastoral de Jesús, Belén y sus alrededores han sido testigos de eventos como el amor de Ruth y Boaz y la revelación de David, pastor, poeta y rey. Pero más allá de estos sucesos solemnes para las religiones mayores, sus puestos callejeros con figurillas pías que brillan de noche y las hordas de turistas que se dan cita en su Basílica de la Natividad erigida en el año 326 por órdenes de Elena, madre de Constantino, y que sobrevivió a la invasión Persa gracias a los mosaicos que decoran su piso con la imagen de tres hombres sabios de origen persa, Belén denota lo que un poco de resolución y humo pueden lograr.

Danza con el viento

El humo siempre ha sido parte fundamental de mi vida. No encuentro nada más placentero que reflexionar observando los trazos efímeros de un incienso a la luz de las velas.

Creo que el humo acarrea las plegarias al cielo y esparce bendiciones, además de purificar al complejo sistema energético que nos compone como seres vivos y que, por lo general, resulta imperceptible a la vista.

Pero hay más, ya que siempre que viajo el humo me llama; a las fogatas tribales en torno a las cuales se danza y platica hasta el alba, a las chimeneas en una fría noche en las montañas, a los cuerpos calcinándose en las piras, a las ofrendas en los templos y a un comal o caldero a la hora de comer. Pero sobre todo a las historias de las personas que fraguan bocanadas luego de un suspiro o reflexión.

Recuerdo a Kipling, que inmortalizó con su poesía a una "Burma girl a-settin', a-smokin' of a whackin' white cheroot".

Los cheroots tienen tabaco, aserrín y pulpa de tamarindo, y están envueltos en hojas de betel con olotes como filtro. Son originarios de los tamil de Sri Lanka, quienes los llaman curuttu o "enrollado" y lo heredaron a los indios y, por derramamiento cultural, a las más antiguas tribus de Asia.

Este dispositivo de desfogue es empleado por los hombres, mujeres e incluso niños de un inspirador destino, donde mucha de su gente medita desde la infancia, ofrenda incienso sin utilidad por el bien de todos los...

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