Puntos y Contrapuntos / Almas livianas

AutorPedro Mellado

La gente tiene razón cuando manifiesta su hastío, su hartazgo, su desencanto profundo, al testimoniar, cotidianamente, la exhibición de sus desgracias y de sus miserias, a través de los medios de comunicación convencionales o en los aparadores de las nuevas plataformas tecnológicas, en la inmensidad del ciberespacio.

En la política los ciclos se cumplen fatalmente. La maldición destruye los corazones frágiles y extravía los ánimos livianos. Todos los días se renuevan los signos de las calamidades del poder, que corrompe y destruye la inteligencia sensata, y arrastra por delirantes caminos la sana cordura.

Arrebatados por su desenfrenada soberbia, sucumben víctimas de su altivez y de sus apetitos desordenados de ser preferidos sobre los otros. Asumen con enfermizo afán esa satisfacción y envanecimiento por la contemplación de sus propias prendas, con menosprecio de los demás. Son víctimas frecuentes de su cólera e ira, expresadas con acciones descompuestas o palabras altivas e injuriosas.

Sufren, pero al mismo tiempo disfrutan, con enfermizo deleite, los malsanos frutos de sus singulares delirios. El de grandezas, que manifiestan asumiendo una apariencia muy superior a la que realmente les corresponde y el paranoide, en el que afloran su egolatría, su manía persecutoria, una enfermiza suspicacia y...

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