Rebanadas / Otra Vaca en la familia

AutorCony De Lantal

El éxito se alcanza con perseverancia y eso, los hermanos Delgadillo lo saben perfectamente.

Me dio mucho gusto llegar a la nueva sucursal de la Vaca Argentina, a la que ahora le han antepuesto el sustantivo Bodega, como para diferenciarla de su antecesora.

Todo mundo habla del nuevo hijo de la familia y decidí visitarlos.

Se nota que ahora son una cadena y eso, tal vez, no sea tan bueno porque en lo personal sentí lejanos a los propietarios, a quienes ya no vi al pendiente de los comensales como acostumbraban hacerlo.

Tal vez el exceso de trabajo los ha llevado a departamentalizar sus empresas, pero me sentí como en un Carlos and Charlies o algún restaurante que integra a chicas jóvenes y bonitas, o algún jovencito que hace las veces de publirrelacionista, pero que además de cobrar sueldo, intenta hacerla de anfitrión, lo cual no creo que sea necesario.

El caso es que también ofrecen cortes y la carta está más nutrida por especialidades viníferas que por cortes y alimentos.

Esto es bueno para Guadalajara, pero habría que ponderar una buena propuesta alimentaria frente a una amplísima carta para maridar sus especialidades.

La nueva Vaca se encuentra en Pedro Moreno 1388 y es un pequeño local junto al Sacromonte en el que hace tiempo tenían un Oyster Bar, que no prosperó, y hoy la bodega, con sus paredes de ladrillo y ventanales rojos, sus salseras de barro que no encajan con todo el concepto, es un espacio ideal para pasar un buen rato y conversar con las amigas o tener una buena comida.

En su carta destacan las entradas, tanto como los cortes. Saltaron a mi vista los espárragos trigueros a la parrilla con queso parmesano, el chorizo criollo, las mollejas, alcachofas a las brasas y la provoleta.

Decidimos pedir un par de empanadas: humita o elote para mí y Santafecina o de carne para mi marido, ambas de 30 pesos.

En cuanto a las sopas no hay mucho de dónde elegir. Tienen una crema de lentejas y una sopa de fideos, que supongo es caldosa y no calduda, como dice su carta (esos regionalismos lo único que provocan es que hablemos incorrectamente).

Acompañando a las empanadas, llegaron las alcachofas, de 90 pesos, rostizadas a la parrilla y espolvoreadas con parmesano, paprika y ajo, de muy buen sabor y carnositas.

Luego, pedimos un vacío, de 175 pesos, para mi marido y una Torreta a la Caballeriza, de 185 pesos para mí, que es un pincho de bife de lomo en medallones con rodajas de tomates a las brasas, muy abundante, pero de buen sabor, aunque...

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