Rebasa avance urbano la capacidad del drenaje (I)

AutorJessica Pilar Pérez

La capacidad de importantes colectores de la zona metropolitana en áreas bajas durante la época de lluvias está rebasada en la actualidad.

Esto se debe a que los cálculos hechos cuando los construyeron contemplaron criterios diferentes a los actuales y sin proyecciones a cubrir necesidades a 30 ó 40 años.

Aunque en la década de los 70 se originó un incremento importante en las redes de drenaje y alcantarillado que se ha tratado de mantener en los últimos años, no ha ido a la par del surgimiento de asentamientos humanos y tampoco se ha resuelto el conflicto de las inundaciones.

En 1900, la principal preocupación de las autoridades cuando había 32 mil 500 hectáreas de superficie en el Valle de Atemajac, era desalojar el agua de lluvia para periodos de retorno de cinco años; los colectores se calculaban tomando en cuenta este periodo de tiempo, una intensidad de lluvia de 51 mm/hora y un coeficiente de escurrimiento del 45 por ciento del agua que caía hasta el drenaje.

En esa fecha se acordó el embovedamiento del Río de San Juan de Dios, ahora conocido como la Calzada Independencia, de mil 280 metros de longitud, de la Calle Medrano hasta el Parque Morelos con un diámetro de 4 metros y un costo de 400 mil pesos, y la construcción de siete subcolectores, que se le unían.

Isidro Ruiz Lozano, investigador de la UdeG, explicó que para la superficie actual de la Ciudad, calculada en 101 mil 05 hectáreas, según el Plan de Desarrollo Urbano de zona metropolitana, la fórmula ha cambiado un poco porque aunque es la misma, se aumentó el coeficiente de escurrimiento al rango de 50 a 70 por ciento, ya que ahora se infiltra menos el agua de lluvia por el incremento de áreas pavimentadas.

"El agua llega con menos tiempo a ese punto y la infraestructura que en su tiempo era adecuada, ahorita ya manifiesta algunos déficits de conducción, una sobresaturación (de los colectores)", dijo.

Sergio Hernández Rivera, especialista y consultor privado, mencionó que el diseño de algunos colectores como Las Cumbres, tiene siete metros cúbicos de capacidad, y actualmente es insuficiente para desahogar el agua, queda rebasado y provoca que el cauce lo brinque, contribuyendo a que se formen los muy conocidos encharcamientos sobre la Avenida López Mateos, al sur de la Ciudad

"El problema es ese, que todo lo que está construido no tiene capacidad para la cantidad de agua que llega", precisó.

Hernández Rivera dijo que anteriormente las técnicas para los cálculos para la...

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