Revisita en su novela al albur mexicano

AutorGustavo Aréchiga

Quizá los lentes no los ha limpiado desde hace un mes. Por eso tienen una delgada capa de polvo y grasa. Pero no se inmuta. Luego, le quita el filtro a un cigarro Camel. Paco Ignacio Taibo II ya se ha fumado una cajetilla de Romeo y Julieta y tiene los bigotes infestados de humo. También la barba mal cortada y ahora más que nunca un vocablo desenfadado y mordaz.

El escritor vuela a mil por hora. Confiesa que tiene un dolor en la espalda por tanto tiempo sentado en un avión. Dice que pasó 41 días impartiendo clases de Historia Mexicana en los campamentos amloístas de Avenida Reforma; que luego se fue de gira a Estados Unidos y varios puntos de Latinoamérica con el libro Pancho Villa, Una Biografía Narrativa; que acaba de regresar de Berlín y que, encima de todo, le corta tiempo al tiempo y escribe una nueva novela.

Pareciera que Paco desbancó en su intento por comerse el mundo a mordidas a Olga Lavanderos, la protagonista de Olga Forever.

"Cuando acabe esta FIL, me voy a mi casa y corto los cables del teléfono con unas tijeras de jardinero que acabo de comprar; hago algo para que se estropee el mail; le meto dos putazos a la máquina de fax, y me siento a escribir", afirma decidido.

Antes de esta batalla contra la sociabilidad, Taibo tendrá que presentar en la Feria libresca tres novísimos títulos: dos con Ediciones B (Olga Forever y Doña Eustolia Blandió el Cuchillo Cebollero), y uno...

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