Secuestrando inteligencias ajenas

AutorErnesto Diezmartínez

¿Es Una Relación Peligrosa (Gigli, 2003) la peor película hollywoodense del año, de la década o, de plano, del siglo, como algunos temerarios ya la bautizaron, con todo y que quedan 97 años para que acabe esta centuria? Unos cuantos datos: la crítica estadounidense, en su conjunto, le otorgó al filme una calificación de 1.9 (según el sitio especializado metacritic.com), apenas obtuvo 5 millones de dólares en su paso por cartelera (su presupuesto fue de 54 millones de los verdes) y, peor aún, los votantes de la Internet Movie Database la han catalogado como la peor cinta de la historia. Críticos y cinéfilos por igual han mandado la película de J.Lo/Ben Affleck a la picota sin discusión.

Por mi parte, no voy a decir que es el peor filme que he visto en toda mi vida pero, eso sí, tiene algunas de las escenas más absurdas, mal pensadas y peor ejecutadas que yo recuerde (y creeme, yo sí veo churros: mi editora me manda reseñar cada basura, que ya debería demandarla a la Comisión Nacional de Derechos Humanos). Unos ejemplos del abismo en el que se mueve Una Relación Peligrosa: J.Lo hace yoga mientras se avienta una larga disertación en la que afirma que la boca es la hermana gemela de la vagina, una escena en la que Ben Affleck hace gestos viriles frente a un espejo mientras escupe palabras como "vaca" y "toro" cual hermano subnormal de Robert De Niro y, por supuesto, el momento que llevará a la...

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