Vive del apretón

AutorMartha de la Torre

Alojados comúnmente en los huertos de las casas de Amacueca y Tepec, los pobladores, en su mayoría mujeres, inician desde el alba la labor de quebrar y pelar la nuez.

Los quebradores conocen este oficio de toda la vida, ya que les ha sido transmitido por generaciones por ser una labor en la que se puede trabajar todo el año.

En esta región, quienes se dedican a este oficio, se caracterizan por obtener una gran cantidad de nuez entera, que es la preferida por los comerciantes.

El secreto para sacarla entera, explican, es ponerla a remojar y utilizar instrumentos manuales que no dañan la nuez.

"Esta nuez es de doble cáscara, a esta nuez le estoy dando hora y media, hora y cuarto de remojo, esta nuez es Wester, es cáscara de papel como le nombran", explica Manuela Hernández Villaseñor, quien tiene a su cargo una de las maquiladoras.

Cuando la nuez tiene sólo una cáscara se remoja de 4 a 5 horas, es mayor el tiempo porque la cáscara superior absorbe más agua y se humedece más rápido.

"Si la mando a quebrar así, no me va a salir igual de entera, si la mando a quiebra así, me van a sacar mucho pedazo", indica Manuela.

La nuez es remojada por costales en una pila, los jóvenes de Amacueca son quienes se encargan de transportarlos, ya que es un trabajo que requiere fuerza.

Después del tiempo de remojo y que se ha dejado reposar de un día para otro, las quebradoras, como se conoce a las mujeres que se encargan de quitar la cáscara, inician su parte en el proceso.

En el huerto de Manuela trabajan de 9 a 14 quebradoras, quienes visten de forma cotidiana, pero cubiertas con un mandil para no mancharse la ropa, así como un paño en el pelo, porque el polvo de nuez provoca su caída.

Sin embargo, gracias al remojo de la nuez, el polvo que se genera al quebrarla es mínimo.

Ellas toman por puños la nuez y la pasan de una en una, a gran velocidad, por la máquina que a apretones quiebra la cáscara.

"Primero sí (es difícil), machucones, cascarasos, se calienta uno, se ensucia uno, no puede hacer otro quehacer más que éste, empieza uno despacito", explica Patricia Jiménez, que ha quebrado nuez por cuatro años.

Cada mujer quiebra al día entre 20 y 50 costales o tareas, que son pagadas a 4 pesos cada una.

"Ellas solas se mandan en su trabajo, por ejemplo, si ellas quieren madrugar (llegan) a las 6:00 horas, a las 5, si ellas dicen 'yo voy a venir temprano, porque no voy a poder venir tarde', ellas solas ponen su horario", explica Manuela.

Luego se reparte a las...

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