Gritan con Tears For Fears

AutorEmmanuel Medina

A las 21:10 horas de ayer, Roland Orzabal, mitad del alma creativa de Tears For Fears, tocó los primeros acordes que definen perfectamente a los 80: el inicio de "Everybody Wants to Rule the World" levantó de sus asientos a un público, ubicado en las preferencias del "adulto contemporáneo", que en ese instante volvieron a sus tardeadas adolescentes.

"Nada dura para siempre", canta Orzabal en el himno que dio a conocer a nivel mundial a uno de los duetos más comprometidos con el cambio social en los años de la new wave y casi eso bastaba para que la espera por Orzabal y Smith valiera la pena después de más de dos décadas.

El pop grandilocuente siguió su marcha cuando "Sowing the Seeds of Love", su paso a la eternidad musical a inicio de los 90, terminó por calentar los motores de un público que aplaudía a rabiar los guiños psicodélicos de una canción que en su recta final el dueto cambió la letra para dedicarla, en un guiño ingenioso, a los "políticos" que también necesitan sembrar semillas de amor.

"Bienvenida la gente guapa de Guadalajara", dijo Orzabal con voz aflautada en un atropellado español que el público celebró de inmediato, para después cambiar a su característica voz de barítono camaleónico y afirmar, en inglés, que agradecía también a esta tierra por el Chicharito, levantando una imponente ovación.

Desde los aromas inconfundiblemente ochenteros de "Change" o "Pale Shelter" hasta sus nuevas composiciones como "Call Me Mellow" o "Everybody Loves a Happy Ending", que rinden un claro homenaje al clásico sonido de Liverpool, un público que lo...

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