Coordenadas/ El año 2000

AutorEnrique Quintana

Una de las preguntas recurrentes que recibimos al final de 1999 en nuestra dirección de correo electrónico es la referida al valor real y las perspectivas del tipo de cambio del peso frente al dólar.

La razón de la inquietud es que, como en 1993 y por segunda vez desde la Revolución Mexicana, en 1999 el peso terminó el año con una ganancia nominal respecto al dólar, en este caso de 4.04 por ciento.

Sin embargo, si se toma en cuenta el diferencial de precios con Estados Unidos, la revaluación real fue de 14.6 por ciento en 1999.

Vea usted las siguientes cifras.

Respecto a 1998, el valor del peso se ha revaluado en 8.7 por ciento en términos reales. Pero si tomamos en cuenta el agitado año de 1997, el peso está 19.9 por ciento más fuerte. Esta cifra llega al 44.1 por ciento si el punto de comparación es 1996.

Estos números son los que ponen nerviosos a muchos.

Quienes aseguran que no hay problema, en cambio dicen que en relación a 1995 la revaluación real es de 18.8 por ciento y que incluso hay una ligera devaluación real de 1.2 por ciento si tomamos en cuenta el año de 1994.

En otras palabras el valor real de nuestra moneda está en un punto muy cercano al que existía al comenzar 1994.

La pregunta es si las cifras de la cuenta corriente y la entrada de capitales a México justifican este nivel del tipo de cambio. Y la respuesta es que mientras las expectativas no se ajusten de modo drástico, probablemente se pueda pensar en un tipo de cambio muy estable que tal vez se ajustará en 7 a 8 por ciento a lo largo del año 2000 y podría cerrar el año apenas por arriba de los 10 pesos.

Pero si hay una sacudida inesperada, el riesgo de un ajuste más fuerte, del 20 por ciento para arriba, sin duda está presente.

No le pierda la vista a la Bolsa de los Estados Unidos. El Indice Dow Jones terminó con una ganancia real en dólares de 22 por ciento mientras que el Indice NASDAQ lo hizo con un avance real de 81.1 por ciento. Las cifras son espectaculares y no están exentas de riesgos si algún hecho inesperado provoca un cambio en las expectativas de los Estados Unidos.

El otro factor que no debe perder de vista es la política. No tenemos todavía comprado un seguro contra la inestabilidad y el año que empieza puede estar nutrido de sorpresas, buenas y malas. Así que no quite el ojo tampoco a la dinámica de la política mexicana.

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