Empresa/ Sí, pero no

AutorAlberto Barranco Chavarría

Bombardeada una y otra vez por la Secretaría de Hacienda y el Banco de México ante lo que ubican como ausencia de energía para frenar las presiones de los sindicatos en el marco de las revisiones contractuales, la Secretaría del Trabajo enfrentará su prueba del ácido en las próximas semanas, al embate de tres capítulos, en cuyo eje gravita la Unión Nacional de Trabajadores.

Estamos hablando del pliego petitorio en materia de salarios y prestaciones del sindicato del personal de vuelo de Mexicana de Aviación; del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, y del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El jaloneo en el primer caso está planteado para este mes, y en el segundo y tercero para el próximo.

Naturalmente, el punto de partida será el 14.7 por ciento global obtenido tras 17 días de huelga por los trabajadores de Volkswagen, ubicándose el punto decisivo para la rendición de la empresa en el espectacular bloqueo de la dependencia realizado el martes con centenares de vehículos de Teléfonos de México, enarbolando banderas de la cenital sindical encabezada por Francisco Hernández Juárez.

El amago global hablaba de cerrar carreteras y aeropuertos.

Como recordará usted, la posición original de la firma de capital alemán era de 6.5 por ciento de incremento salarial, es decir un punto más allá de la inflación para este año esperada por el Banco de México, en tanto el sindicato exigía 21 puntos porcentuales.

Lo curioso del caso es que al fragor del estira y afloja se fueron desnudando las entretelas del arbitraje de la dependencia encabezada por Carlos Abascal. De entrada, los trabajadores tenían la plena certeza de que la Junta de Conciliación y Arbitraje declararía inexistente la huelga, en cuya eventualidad trabajarían bajo protesta, es decir soslayarían las metas mínimas de producción de la firma.

Más allá, cuando la oferta patronal global había alcanzado 10.2 por ciento, los propios directivos de la armadora deslizarían que les habían prohibido hacer públicos los porcentajes en la mesa. En paralelo, su principal exigencia apuntaba a que los líderes tuvieran facultades para decidir per sé, es decir, al margen de la asamblea de trabajadores...

... Por más que para entonces éstos amenazaban con el desconocimiento del secretario general, justo en la sospecha de que negociaba a espaldas de las bases.

Ahora que, planteada una consulta vía votación secreta y directa del pleno de los sindicalistas...

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