¿Son para mí?

AutorJosé Arrieta

Las batidoras fueron una gran innovación que hizo mucho más sencilla la vida de los profesionales de la cocina. Desarrolladas a principios del siglo pasado, pero popularizadas justo después de la Segunda Guerra Mundial, estas máquinas han formado parte medular de las cocinas de grandes restaurantes alrededor del mundo.

La producción en masa y la popularidad de la cocina a principios del nuevo milenio ha permitido que estas herramientas profesionales estén cada vez más al alcance del público. Sin embargo, acompañando los cada vez más completos modelos surge la duda: ¿está una batidora de alta gama hecha para aprovecharla en casa?

"Hablando solamente de la batidora, uno de los aparatos más clásicos, puedes desde temperar chocolate con los aditamentos que incluye; tienen la máquina para hacer pastas, para rallar, para cortar... todo ello sin perder la fuerza que tiene como batidora per se", asegura el chef José Ramón Castillo, embajador de la firma KitchenAid.

De acuerdo con el cocinero, las herramientas de este tipo están hechas para manipularse por entusiastas de la gastronomía de casi cualquier edad, apoyándoles en la creación de varias recetas.

"La primera batidora que tuve me la dio mi mamá como a los 14 años, y ahora que los chavitos están con toda la onda de querer cocinar, es una herramienta muy sencilla, que te ayuda, es durable y confiable", detalla.

Aunque la estética es lo que enamora a la primera en este tipo de herramientas, Castillo recalca que la funcionalidad y robustez de la batidora es esencial al elegirla.

"La durabilidad es importante a la hora de elegir este tipo de aparatos, más allá del color o si es bonito. Cuánto me va a durar esta máquina, que tiene un precio alto que voy a ver como una inversión bien hecha, que durante años te va a dar el aguante y no vas a tener que estarle haciendo mantenimiento", argumenta.

Detalles como la potencia y el tiempo que puede permanecer activa la batidora, también son cruciales para saber si es la adecuada para las necesidades del hogar e incluso de algún pequeño negocio.

"Hay que verlas trabajando. Hay que ver...

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