Abarrotan jóvenes vigilia con el Papa

AutorLuis Méndez

Corresponsal

MADRID.- Ni el calor sofocante durante el día, ni la intensa lluvia que cayó por la noche impidieron que cientos de miles de peregrinos, hasta un millón, según algunas versiones, participaran en la vigilia de oración en el aeródromo madrileño de Cuatro Vientos, donde se celebró el principal acto de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), encabezado por el Papa Benedicto XVI.

"Miedo no, para nada, esto merece la pena", asegura Lorena Cáceres, de 23 años, tras la tormenta caída ayer por la noche, luego de una jornada de 40 grados que soportaron los jóvenes para ver al Pontífice.

La elevada temperatura provocó que unos 900 peregrinos tuvieran que recibir asistencia médica debido a mareos y desmayos sufridos durante el día en el aeródromo donde acamparon para más tarde participar en la vigilia.

Ocho tanques de bomberos tuvieron que recorrer la gigantesca explanada del aeródromo antes de la llegada del Papa para refrescar a los asistentes con sus regaderas, quienes se acercaron a los vehículos.

"Hace un calor terrible, es tremendo, no estamos acostumbradas. Venimos de la sierra, donde el calor es intenso, pero el sol no calienta hasta las 10 de la noche, como aquí", se quejaba la ecuatoriana Erika López, de 24 años.

Por la noche, el Papa pronunció palabras de aliento para los peregrinos, y les agradeció su presencia y sacrificio en la JMJ. Además, reivindicó la figura de Jesucristo, mientras los asistentes aplaudían, brincaban, le vitoreaban y ondeaban centenares de banderas de varios países.

En lo que fue el acto más multitudinario de los celebrados hasta ahora, Benedicto XVI escuchó de viva voz las inquietudes de algunos jóvenes y saludó en varios idiomas a los peregrinos desde el escenario levantado en el aeródromo con una superficie equivalente a 48 campos de fútbol.

Casi al término de la vigilia, un sorpresivo viento que presagiaba la típica lluvia de verano estuvo a punto de arruinar la ceremonia, luego de arrancarle la mitra al Papa y provocar la...

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