Abundan falsos limosneros

AutorRocío Galarza

MONTERREY.- En las calles del área metropolitana, no todo lo que conmueve es real.

Durante esta época, las calles son invadidas por niños, ancianos, enfermos y las famosas "marías" que aprovechan el ambiente navideño para tocar las fibras sensibles a los conductores.

Sin embargo, no todos tienen el problema que aparentan, pues entre cientos de personas que piden limosna a diario en cruceros de la ciudad, hay decenas que fingen una discapacidad.

Frente al Palacio Municipal de Monterrey, Miguel, quien camina con aparente dificultad, con un pie desviado, la espalda encorvada y su brazo izquierdo doblado y pegado a las costillas, pide dinero a los automovilistas en el cruce de Constitución y Zaragoza.

Durante horas, este hombre repite una y otra vez la actuación de su aparente discapacidad y se muestra abatido a un costado de los autos.

Conmovidos por el supuesto estado físico de este hombre, muchos conductores caen en la trampa y le dan una o varias monedas.

El supuesto enfermo tiene preparadas varias historias para justificar su vida de pedigüeño.

Relata que su problema es de nacimiento y que pese a haber sido operado en su infancia, no lograron corregirle el mal, pero en otra ocasión, mostrando una cicatriz en el abdomen, afirmó a otro reportero que había sufrido un accidente.

Tras cuatro horas "de trabajo", con 150 pesos en la bolsa que dice haber obtenido en limosnas, Miguel atraviesa el Puente Zaragoza, que lo conduce hacia la Colonia Independencia, para tomar un camión a su casa.

Sin embargo, cuando el supuesto discapacitado deja su crucero, empieza a mostrar su estado de salud real y, poco a poco, endereza su postura y camina como una persona sana.

Por la tarde, el pedigüeño regresará para repetir el engaño.

Este hombre, quien proporciona diferentes nombres cuando es abordado, ha sido visto por algunas personas corriendo por el Río Santa Catarina y hasta jugando futbol en su barrio.

Dos ciegos de cuidado

En el cruce de Ruiz Cortines y Conchello, un par de invidentes hacen de la limosna un negocio familiar.

Con horario de oficina y un bastón como herramienta laboral, estos jóvenes hermanos, supuestamente ciegos, se pasan de las 9:00 a las 19:00 horas engañando a los automovilistas que se conmueven y les dan una moneda.

Al terminar su jornada, los supuestos se alejan y "milagrosamente" recuperan la vista, y así todos los días.

La ley dice textual...

De acuerdo con el Código Penal del Estado de Nuevo León, los falsos invidentes o lisiados...

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