Aceptación maternal

AutorJonathan Hernández

Durante varios meses Eulália Almeida, una madre portuguesa conservadora, comenzó a aprender cómo utilizar una computadora, para poder tener contacto con su hijo, quien vivía en Berlín.

Además, hacía uso de un diccionario para entender lo que su vástago publicaba en inglés en Facebook, pues meses antes se había enterado, a través de una amiga, que éste se dedicaba a ser actor de pornografía homosexual.

"Cuando me enteré me sentí un poco triste y decepcionada, porque nunca te imaginas que dentro de tu familia puede haber un hijo gay y que se dedique al porno.

"Mis hijos no estaban enterados de que yo sabía utilizar la computadora, por lo tanto, cuando le mandé el primer mensaje de desagrado, de falta de aceptación, mi hijo contactó a su hermana para contarle que ya sabía utilizar la computadora y ella apareció al día siguiente en mi casa para saber si había sido yo quien lo había escrito o alguna amiga", recuerda Eulália.

El duro conflicto que se da entre los padres que tienen hijos que se dedican a la industria de la pornografía se ve reflejado en Hasta que el Porno nos Separe, cinta del director portugués Jorge Pelicano, que se presentó en la Ciudad en el marco del FICG, y en la que se refleja la vida de Eulália y Fostter Riviera (Sydney Fernandes).

"Decidí que no quería hacer un documental de bastidores. Hace algunos años quería hacer un filme familiar así que pensé que era mejor abordar a los padres de los actores y actrices porno, porque el conflicto no está en los histriones, está en las familias. Me he preguntado cómo reaccionaría si descubro que alguno de mis hijos quieren ser...

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