Contra el acoso escolar

AutorBeatriz Elizalde

Prevenir siempre es mejor que combatir. Y en el caso del acoso escolar es la etapa más temprana en la que los pequeños comienzan a tener interacción con otros compañeros, en la cual padres y maestros deben afianzar valores que en grados posteriores evitarán combatir problemas como el bullying.

Agresor o bully, agredido o víctima y observador o testigo son los tres participantes de esta agresión sistemática practicada de manera psicológica o física dentro de las aulas, y de la que cada vez se conocen más casos.

Iniciar con buenos hábitos en el hogar a través de una comunicación cercana y la interacción compartida de actividades tanto escolares como lúdicas entre padres e hijos es una manera de que los pequeños se lleven al colegio un buen ejemplo.

"En el campo formativo en preescolar se desarrollan habilidades para que los niños compartan, convivan y aprendan a vivir en sociedad, tengan tolerancia, respeto hacia los demás y tener la capacidad de convivir de una manera agradable, es muy buena parte para evitar en un futuro que los niños sean intolerantes, que falten al respeto. En preescolar se manejan estos aspectos específicamente en el campo formativo personal y social", señala Ana Claudia Migueles, asesora técnica del nivel preescolar de la Dirección de Preescolar de la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ).

Relacionarse con sus compañeros de una manera armónica y aprender a trabajar en equipo a través de las actividades diarias desarrolla en los niños habilidades para tener con los demás un trato cordial y de igualdad, lo que evitará la exclusión de otros alumnos.

"En preescolar para trabajo en aula la mayoría de las educadoras hacemos un encuadre que tiene que ver más con el respeto, la convivencia, el cuidado del espacio, (para que éste) que sea agradable. Y son reglas establecidas en grupo, hay mucho trabajo en equipo, colaborativo y en proyectos; para formalizar un proyecto todos tienen que poner su granito de arena", señala Migueles.

Sin embargo, cuando algún pequeño cambia su conducta pacífica por alguna más agresiva, la mayoría de las veces es un reflejo de que hay algo mal en casa.

"Algunas de las veces sí son conductas aprendidas porque los niños observan en su casa malos tratos, malos hábitos. Son conductas que se aprenden de una madre o padre que no conviven de manera respetuosa con los demás, los niños observan y la mayoría de las veces somos su ejemplo, ellos repiten conductas y patrones que observan.

"Sí es muy importante desde preescolar trabajar por equipos, en el respeto y no específicamente como temática, sino en un juego digamos de mesa, determinar turnos, ver qué pasa si pierdo, si gano, quién va primero, cuál es el orden, porque mucho del manejo de agresividad es la tolerancia. Esa intolerancia lleva a tener conductas agresivas hacia los demás", advierte la asesora técnica.

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