Adalberto Ríos Szalay: Lleva a México en la retina
| Autor | Efraín Salinas |
MURAL
Han pasado más de tres décadas y la emoción de seguir y seguir fotografiando México se refleja en su más reciente libro "México Visto y Andado".
Adalberto Ríos Szalay se sienta a la mesa y coloca su libro como quien está dispuesto a compartir un tesoro.
Habla con las manos y con los ojos, más que con la boca. "México Visto y Andado" es su obra maestra, aunque reitera constantemente que el trabajo no es sólo suyo.
"La primera impresión al verlo impreso fue: 'este libro no es mío'. Es nuestro país y no me lo voy a apropiar. Lo que he hecho es solamente fotografiarlo. Al verlo me percato que se trata de una obra colectiva", explica.
Diseñadores como Andrés Gamboa y Bettina Benet definieron una secuencia donde las formas, el color, las dimensiones y el acomodo son una propuesta plástica, procesada por técnicos de preprensa e impresión con calidad de primer mundo y con un sentimiento que pareciera mexicano, asevera el autor.
Más de 200 fotos, que para la memoria de Adalberto son más de 200 vivencias, componen este libro elaborado por Lunwerg, una de las editoriales más importantes de España y del ámbito internacional de los libros de arte y fotografía.
En este tomo, explica Ríos Szalay, se aprecia el territorio mexicano como un abanico privilegiado de la naturaleza y de la creación humana.
México panorama de la diversidad
Adalberto ha recorrido de península a península y de las planicies al altiplano.
"He viajado a pie, a caballo, en autos, avionetas y en lanchas, andanzas todas para conocer asombrado y reconocer agradecido", expresa.
Iniciar el libro con imágenes telúricas que significan el origen del territorio, fue idea del editor, después con la acción de los mares que enmarcan los paisajes de la megabiodiversidad, donde se han forjado culturas en correspondencia con esa compleja abundancia.
"Mostramos nuestra raigambre indígena y más adelante nuestra segunda raíz, manifiesta primero en sobreposiciones y posteriormente en obras magníficas, como el barroco en templos y palacios, el trabajo en haciendas y acueductos y la educación en conventos y universidades. Dedicamos además espacios al hábitat, a la fiesta, al rito, al trabajo y a algunas obras contemporáneas", explica.
El trabajo de Adalberto es una constancia de lo que le ha tocado ver al cruzar por caminos de un país tan diverso.
"Éste es un país joven de viejas culturas, país rico lleno de pobres; pueblo generoso y tolerante, profundamente ligado a la tierra que ha tenido que...
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