Una adicción que consume

AutorGabriel Trujillo

Cuando César fuma "crystal", cree hablar con Dios. Dice que un sexto sentido se apodera de él.

Tiene 43 años, pero una droga le cambió la vida por primera vez cuando tenía 16.

A esa edad consumía y vendía cocaína en un bar de Guadalajara, donde su papá trabajaba de mesero.

El segundo cambio de rumbo fue una noche de 2002 en Stockton, California, cuando probó metanfetamina.

"Esa primera vez te mata las neuronas. Te altera, pero puedes trabajar, andar de acá para allá. Y al rato ya te clavas", sostuvo.

Conocido en las calles como "El Güero", César cuida carros en la Colonia Americana, donde ha sufrido alucinaciones.

"Apareció un cuadro, de repente vi que se abre y comienza a salir una bestia, muy fea. Empieza a sonar como si estuviera encadenada; era una muchacha que como que habían abusado de ella. Empecé a hacer una oración, a hablar lengua, a pedirle a Dios y de repente el portal se selló".

Para él, estar drogado es la vía de comunicación con un ser superior, quien lo arrulla y lo cobija.

"Si no tienes esa presencia del Señor, el diablo está ahí siempre y te amarra".

"A veces salen personas y las empiezo a checar y son percepciones que tratan de involucrarse, de confundirte", contó con una voz enredada.

Cuando consume le gusta aislarse, desaparecer.

"A cada persona le pega diferente. No hablo con nadie. Yo estoy solo en el mundo. La última vez fueron seis días en la calle dando vueltas con mi...

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