Administración de Tecnología / Los ahorros, ¿dónde quedaron?

AutorEnrique Canales

Dentro de las empresas con demasiada frecuencia se declara que gracias al esfuerzo de productividad, de mejoras continuas o de innovación, se ha logrado "tanto" de ahorro. Muchos proyectos de ahorro en materiales, nuevos procesos y rediseños, efectivamente dan para calcular algunos beneficios para las empresas.

Buena parte de los sindicatos tienen la impresión de que si ayudan a aumentar la productividad de la empresa, digamos en un 10 por ciento, entonces la empresa se va a quedar con ese beneficio porque se ha ahorrado y se han bajado sus costos. Por eso algunos sindicatos exigen una participación en dichos beneficios del incremento de productividad y sus peticiones parecen justas. Podrá ser justo, pero repartir esos "ahorros" podría resultar fatal.

Es común pensar que si le invertimos tanto y tanto en tales proyectos, vamos a tener un beneficio de 25 ó 35 por ciento en TIR o Tasa Interna de Rendimiento. Por lo tanto, se piensa que realizando dichos proyectos las utilidades de la empresa subirán, y por lo tanto se aprecia como justo repartir algo de lo ahorrado.

El problema, al final de cuentas, es que los supuestos ahorros que se iban a lograr casi nunca se convierten en dinero repartible en premios o en utilidades. La realidad es que después de haber ahorrado, en la caja de la empresa no aparecen lo billetes correspondientes para repartirlos a los aportantes o a los accionistas. ¿Qué pasó? Los ahorros, ¿dónde quedaron?

Este fenómeno no es tan diferente al que sucede en las familias, donde la señora o el señor van de compras y por comprar más barato supuestamente se ahorraron el 30 por ciento de lo que compraron, pero resulta que dicho ahorro no era un ahorro real. Gastar menos del presupuesto no es ahorrar. Lo que es ahorro en tal caso, es lograr juntar primero todo el dinero y al final, separar parte de ese dinero para no gastarlo.

En el corto plazo, digamos a nivel de unos cuantos meses, los ahorros por productividad y por innovación efectivamente pudieran llegar a convertirse en dinero en efectivo repartible. Pero lo más probable es que esta situación no dure, porque en otras cosas gastas de más y además al competir abiertamente los competidores también están realizando mejoras e innovaciones, y pronto ofertarán sus productos a un precio menor.

Debido a las mejoras continuas y las innovaciones de todos los competidores, la guerra de precios es total y por lo tanto tenemos que pelearnos con todo lo que juntemos. Por lo tanto, si con...

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