Adolfo Aguilar Zinser/ Tiempos de intolerancia

AutorAdolfo Aguilar Zinser

El contraste abismal entre la cobertura que la prensa internacional le ha dado al conflicto en Israel y a las recientes manifestaciones de violencia en la India es preocupante. Mientras que las confrontaciones entre israelíes y palestinos son un tema que se coloca como encabezado de la mayoría de los diarios, noticieros televisivos y programas de radio, la atención al conflicto en la India ocupa solamente breves espacios y escasos análisis editoriales. Sin embargo, aunque ello ocurra, no debemos subestimar los recientes acontecimientos en la India. Luego de una década de aparente calma, el despertar de las pugnas históricas entre musulmanes e hindúes de ese país se ha materializado en hechos violentos que han dejado a la población del norte de la India sumida en el miedo y la inestabilidad y le han cobrado la vida a más de 600 personas solamente en el periodo que comprende entre el 2 y el 6 de marzo pasados, lo cual contrasta, incluso, con las numerosas muertes que las confrontaciones entre israelíes y palestinos han provocado en ese mismo periodo.

El resurgimiento de la violencia inició el miércoles de la semana pasada cuando un grupo de musulmanes prendió fuego a un tren en el que viajaba un grupo de hindúes nacionalistas miembros del Consejo Mundial Hindú, quienes planeaban la construcción de un templo en honor al dios, Ram, precisamente sobre las ruinas de la mezquita musulmana Babri en Ayodhya, un pueblo situado al norte de la India. Luego del ataque al tren que cobró la vida de 58 personas, la población musulmana ha sufrido la amenaza constante de numerosas turbas de hindúes que, con cuchillos y latas de gasolina en mano, dicen buscar venganza. En respuesta, a punta de pedradas, grupos de musulmanes han atacado varios complejos de apartamentos hindúes y han quemado vivos a niños, mujeres y ancianos. Mientras todo eso ocurre, el Gobierno y las fuerzas policiales se han visto rebasadas y, al calor de la impotencia, miles de familias inocentes, tanto hindúes como musulmanas, buscan refugio y se amparan a su propia suerte.

Aun cuando la cobertura periodística de tales aberrantes hechos no ha sido del todo difundida, las escasas imágenes que la India le ha mostrado al mundo son tan cruentas y despiadadas que parecieran ser parte de una novela surrealista. Sin embargo, más que una ficción, para los indios la violencia ha sido una pieza fundamental de su historia reciente. Los ataques, golpizas e inmolaciones, tanto de hindúes como de...

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