Adriana Fernández / Provocativa

AutorAdriana Fernández

La palabra entretenimiento tiene un cariz ligero que se relaciona con la diversión y el placer. El entretenimiento, sin embargo, tiene un lado oscuro: sólo recordar los espectáculos de gladiadores o las ejecuciones públicas... hay placer en el dolor ajeno. De una cuestión así, habla Vox Lux.

Estados Unidos, 1999. Celeste (Raffey Cassidy) estudia la secundaria cuando un compañero de clase mata a varios chicos en el salón. Ella es la única sobreviviente.

A manera de catarsis, Celeste compone una melodía que se convertirá en un himno en contra de la violencia. La canción la acerca de golpe al estrellato. Pero la fama es un arma de doble filo.

Esta cinta sobre el mundo del espectáculo es tan original como compleja y su trama resulta magnética. La causa de esta atracción está en que resulta fascinante lo bien que se hila, la relación entre tragedia y espectáculo; el morbo se convierte en parte vital de la película.

Y es que los personajes que la habitan son de una podredumbre maravillosa: seductores, talentosos, físicamente atractivos, pero moralmente reprobables y llenos de defectos. Nos enganchan enseguida por su franqueza.

Para encarnarlos está...

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