Agenda Ciudadana/ Ley, política, prisioneros y justicia

AutorLorenzo Meyer

El golfo entre la teoría y la práctica

En principio, toda estructura de autoridad moderna debe estar basada en la legalidad. En lenguaje técnico, ese respeto a la ley no es otra cosa que: "La expresión racional de las obligaciones y derechos jurídicos, de un lado, y de otro la expresión racional de los valores individuales y sociales que tienen asegurada su proyección eficaz en el proceso social", (A. Sánchez de la Torre, Diccionario UNESCO de Ciencias Sociales, V. III, 1987, p.1232). El problema en México es que, de manera sistemática, las obligaciones y derechos jurídicos sólo se cumplen selectivamente -arbitrariamente- y en cuanto al consenso en torno a los valores colectivos y la forma en que se ponen en práctica, éste es cada vez menor y la polarización mayor.

Polarización

A raíz de la toma de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el 6 de febrero por la Policía Federal Preventiva para poner fin a 10 meses de ocupación de las instalaciones por el Consejo General de Huelga (CGH), casi mil estudiantes fueron encarcelados por delitos que iban del despojo al terrorismo. Con el paso de los días, para la mayoría de los inculpados la carga de cargos fue disminuyendo, pero no para una minoría que aún permanece en prisión porque, según las autoridades, se trata de sujetos "peligrosos para la sociedad". Para los responsables de dirigir el Gobierno federal y para quienes comparten su punto de vista (que no son pocos), la prisión de los estudiantes es simplemente un acto de justicia. Pero para otros, se trata exactamente de lo opuesto: de un caso más del uso político de la letra de la ley; de justicia rigurosa, pero sin legitimidad y, por tanto, los miembros del CGH que aún permanecen tras las rejas son, en realidad, prisioneros políticos. Esta separación en las perspectivas y los juicios es sólo un reflejo de otra más seria que anida y se desarrolla en el seno de la sociedad mexicana: una división creciente entre clases, regiones y en torno a la idea de lo que es y lo que debería de ser México. El ambiente de lo público es hoy un ambiente tenso, donde el relativo consenso que supuestamente caracterizó al México posrevolucionario ya no existe y donde la polarización económica, cultural y política va en aumento.

Es claro que ninguna discusión teórica va a resolver las diferencias que hoy existen con relación a los procedimientos empleados por la autoridad para reabrir las instalaciones de la UNAM porque están montadas en la división real y creciente del País. Sin embargo, no están de...

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