Cuando el Agua Azul era un lavadero

AutorVania Citlalli de Dios

Una muñeca vieja y una fotografía amarillenta, pegada con chicle en la pared, forman parte de los recuerdos de María de la Paz Lomelí Camberos, de 93 años de edad.

Nació en 1910 y siempre ha vivido en el barrio de Analco. "Era todo de tierra, todo era pura arena", recuerda Paz. "(Analco) era más chico y menos arreglado y ahora está más bonito".

Su casa era un lugar pequeño y no tenía dónde lavar. Cada tercer día caminaba hasta llegar al Agua Azul, que era una lagunita con arroyo.

"Como lavaba mi mamá ropa ajena, me llevaba al Agua Azul, porque ahí había lavaderos públicos y mi mamá se llevaba un chiquihuite lleno de ropa, a lavar".

Paz recuerda que muchos vecinos de Guadalajara llegaban al lugar con canastos repletos de ropa sucia. "Eran muchos árboles y un arroyito muy bonito; los lavaderos también muy grandes, con su llave de agua".

Recuerda que afuera de su casa, su mamá vendía trastecitos para las niñas de la colonia. "Cazuelitas de barro, metatitos con su mano y todo, que compraba en San Juan de Dios; ahí iba mi mamá", dice Paz.

"A San Juan de Dios me gustaba ir, porque todos los puestos estaban afuera de la calle, ahí alrededor". Usaban lonas como techo. En la zona también se hallaba la plaza de Toros El Progreso, platica la señora.

"Mi mamá, en la tarde, como oscureciendo, me llevaba a comer tripitas, bien doraditas", cuenta, moviendo las manos como si estuviera viendo el puesto. "Luego una señora se ponía ahí, en San Juan de Dios, con una ollota de atole blanco y luego un comalote, así grandote, con tripitas bien doraditas, como usted las quisiera: doraditas doraditas o nomás así, a medias, y luego unos molcajetotes de chile ahí que ponía para comer, y tortillas también".

Su mamá también le compraba pan. "Unas ruedotas de pan que sacaban, a centavo la pieza".

Para peinarse usaban linaza o limón. "Mi mamá se echaba limón aquí (en la mano) y se ponía; como mi mamá tenía una trenzota, era muy trenzuda, le quedaba tieso el pelo". Otra opción era cocer hojitas y cáscara de tomate.

Sus vestidos eran baratos, dice Paz, y los compraba en comercios callejeros. "Los miércoles era día de tianguis ahí (en Analco), iba y compraba mis vestidos de a dos pesos, de a peso".

Para pasear, la moda eran los rebozos. "Uno se ponía...

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