¡Aguas con el azúcar!
| Autor | Cielo Mejía |
Las aguas frescas, los refrescos y jugos parecen bebidas inofensivas, pero ten cuidado.
Las cantidades de azúcar que pueden llegar a contener estos líquidos propician el desarrollo de la obesidad y enfermedades crónico degenerativas en sus consumidores.
Por ejemplo, un vaso de 250 mililitros de jugo natural llegaría a aportar al cuerpo hasta 250 kilocalorías. Al ser una bebida, el líquido pierde la mayor parte de las propiedades de la fruta, como la aportación de fibra.
Anaíd Núñez Morales, nutrióloga y encargada de un centro de acondicionamiento físico, explica que para lograr una buena nutrición no sólo hay que poner atención en los alimentos sólidos que se ingieren, sino también cuidar lo que tomamos.
El problema de las bebidas es que concentran muchas calorías en pocas cantidades de líquido.
"La población mexicana de pronto cree que por tener un consumo de agua fresca y no refresco ya estamos siendo más saludables, pero resulta que en una agua fresca encontramos cantidades impresionantes de azúcar", advierte.
En ocasiones, destaca la experta, al ingerir estos líquidos se toman los azúcares que son recomendables para todo un día.
"Puede ser que en un agua fresca yo me esté tomando 200, 300 o hasta 500 calorías y no estamos hablando de cantidades altísimas (del líquido)", alerta. "Pueden ser las cantidades que me tomo (regularmente), de dos a tres vasos en una simple comida".
Edgar Manuel Vásquez Garibay, director del Instituto de Nutrición Humana de la UdeG, comenta que el azúcar es un alimento que puede ser potencialmente dañino para el ser humano.
Los azúcares refinados son riesgosos, porque se absorben muy rápidamente en el organismo y en cargas altas produce un gran estímulo para la producción de insulina.
A largo plazo, debido a la sobreestimulación del páncreas, la persona que consume mucho este ingrediente puede presentar intolerancia a la glucosa, resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.
"El azúcar simple en la pirámide nutricional o en el plato del buen comer está como accesorio, como extra, como consumo limitado, pero este tipo de bebidas está siendo la base en la hidratación", subraya Núñez Morales.
"Un consumo elevado de bebidas azucaradas sí nos puede propiciar obesidad y sí nos puede propiciar también una elevación en los triglicéridos".
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