Sergio Aguayo Quezada / Lo que sí funciona: Defender migrantes

AutorSergio Aguayo Quezada

Un aspecto positivo de este Gobierno es que defiende con mayor energía los derechos de los mexicanos en Estados Unidos. El último episodio se ha dado en torno a la producción y distribución de una historieta que da consejos a los migrantes que decidieron irse al norte sin documentos.

En diciembre pasado el Instituto de los Mexicanos en el Exterior y la Dirección General de Protección y Asuntos Consulares (ambos de Relaciones Exteriores) insertaron una Guía del Migrante a un millón y medio de ejemplares de El Libro Vaquero y de El Libro Semanal. La historieta de 32 páginas circuló por todo el país y narra los riesgos que enfrentan quienes buscan fortuna en Estados Unidos. En el 2005 se desató la furia de quienes rechazan la creciente migración a Estados Unidos. Tacharon a la Guía como una provocación del Gobierno mexicano que además de alentar el éxodo les dice a los migrantes sobre lo que deben hacer para sobrevivir en Estados Unidos (esto último es un señalamiento atendible). También se condena a la Guía por agitar las aguas ahora que el Gobierno de Bush abrió la posibilidad de algún tipo de acuerdo migratorio. Demos un marco más amplio al incidente.

En el tema de la migración a Estados Unidos la tradición era que el Gobierno de México enmascarara su parálisis y desinterés con una verborrea que pregonaba su compromiso con los paisanos. La retórica jamás coincidía con la realidad en buena medida porque, en este asunto, Washington siempre ha actuado unilateralmente. Perciben a la migración como un asunto interno sobre el cual ningún forastero puede opinar. En los últimos años, y con bastante timidez al principio, el Gobierno mexicano se mostró más dispuesto a cumplir con su obligación de defender a los ciudadanos. En eso, qué duda cabe, influye el activismo cada vez mayor de las comunidades de mexicanos en el exterior.

Una de las ideas que Jorge Castañeda impulsó en sus 25 meses en la Cancillería fue la de reestructurar la agenda de las relaciones con Estados Unidos. Las drogas tenían una centralidad que debía ser ocupada por una migración a la que debía reconocérsele los aportes hechos a la patria. La forma de hacerlo era defendiendo sus derechos. Entre las medidas que tomó el Gobierno está, en primerísimo lugar, la matrícula consular; una identificación que permite a los indocumentados, entre otras cosas, abrir una cuenta de banco, lo que es la plataforma mínima para cierta legalidad.

Luego vino la decisión de defender a los 53 mexicanos...

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