Alaska: Oro en la nieve

AutorJim Budd

Fotos: Adalberto Ríos S.

En uno de los múltiples idiomas nativos que ahí se hablan, Alaska, quiere decir tierra grande, y vaya que lo es. En Europa solamente Rusia es más extensa. Los rusos fueron los primeros en colonizar este inmenso territorio, pero después de menos de 50 años de esfuerzo, dejaron de hacerlo por considerarlo demasiado grande y costoso. En 1867 lo vendieron a Estados Unidos, algo que molestó a muchos norteamericanos quienes, por décadas, no tuvieron idea sobre lo que iban hacer con aquella inmensa extensión de tierra.

Los españoles habían llegado antes, dejando atrás nombres como Valdez y Córdova. Los capitanes británicos James Cook y George Vancouver lo habían explorado y llamaron a ciertos lugares con los nombres de algunos personajes de la realeza, pero únicamente los rusos establecieron pueblos.

Cuando el Secretario de Estado norteamericano William Seward acordó pagar al zar 7.2 millones de dólares por lo que algunos llamaron el cubo de hielo más grande del mundo, las críticas fueron feroces.

Pronto, los cazadores de pieles estaban ganando más de 7.2 millones de dólares cada año, pero el grueso de la población solamente aceptó que Alaska valió su precio cuando fue descubierto el oro.

La capital aislada

Sitka, la vieja capital rusa de la región, se encuentra en una isla de un archipiélago que se prolonga en lo que debería ser la costa del Pacífico de Canadá. Es quizá el punto más cercano al sur del estado. Juneau es en la actualidad la capital estatal y está situada hacia el norte en tierra firme frente a unas islas del archipiélago. Juneau es la única capital en toda la Unión Americana que no tiene acceso por carretera.

Pasaje Interior

El archipiélago conforma lo que las líneas de cruceros llaman el Inside Passage o Pasaje Interior. Empezando en la provincia canadiense de British Columbia y siguiendo al norte por más que 2 mil kilómetros con incontables islas cortadas por fiordos y glaciares que a veces dejan pedazos que se estrellan en el mar. En la distancia se elevan montañas gigantescas, escarpadas y cubiertas por hielo. Desde el aire puede verse este panorama, aunque fugazmente. Los buques cruceros ofrecen una perspectiva más cercana, los pequeños, y más caros, brindan la mejor vista. Juneau, Skagway y Ketchikan están entre los puertos que se visitan.

Por aire o por agua

Hay una docena o más de líneas de transporte operando las rutas interiores, cada una trata de ofrecer algo único: avionetas, barcos y trenes.

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