Alberto García Ruvalcaba / La bancarrota del Poder Judicial

AutorAlberto García Ruvalcaba

Si Jalisco fuera un país, ocuparía el último lugar mundial en el Índice del Imperio de la Ley (Rule of Law Index), elaborado por la prestigiosa organización The World Justice Project, que mide, entre otras cosas, la corrupción de sus sistemas de justicia civil, la autonomía e imparcialidad de sus jueces, la expeditez de sus juicios y la efectividad de la ejecución de sus sentencias.

El Proyecto analiza cada año el estado que guarda el sistema de impartición de justicia de un centenar de países, desde Dinamarca, Holanda y Alemania hasta Senegal, Tanzania, Mongolia y Pakistán. En 2014 nuestro país ocupó el lugar 88 de 99 países evaluados en su sistema de justicia civil. El primer lugar en el Índice, Noruega, obtuvo un puntaje de acuerdo a sus criterios de medición de 0.86. México sacó menos de la mitad: 0.39. Estuvimos a pocas centésimas del último lugar, Afganistán, y por debajo de, por ejemplo, Botswana (0.61), Uganda (0.48) o El Salvador (0.47).

Quizás usted no lo sepa, pero Jalisco tiene uno de los peores sistemas de impartición de justicia del País. Recordemos la corrupción del TAE, las connivencias de abogados "talibanes" en las Juntas laborales (Jalisco es el Estado con mayor tasa de juicios laborales del País, superando por mucho al Distrito Federal) y la venalidad e ineficiencia de los Juzgados Civiles.

El sistema de impartición de justicia civil de Jalisco está en bancarrota. Es cierto que el fracaso del sistema penal atrae más reflectores, pero no es tan pernicioso como el naufragio del sistema de justicia civil, ese al que hace unos meses se le refirió como de "Justicia Cotidiana" y que incluye los juicios civiles, familiares, mercantiles y laborales. Esta parte del sistema judicial permea más profundamente en la comunidad porque se incumplen más obligaciones privadas que se cometen delitos penales. De manera que su inoperancia contribuye sustancialmente a la impunidad y a la ausencia de Estado de derecho.

Uno de los factores que contribuyen a la bancarrota de nuestro sistema de justicia civil es la corrupción. Las inercias de un sistema de litigio corrompido terminan sometiendo activa o pasivamente a la mayoría de sus participantes. A pesar de su gravedad este problema se podría solucionar fácilmente cambiando las reglas del juego del...

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