Ana Laura Magaloni / Justicia en el barrio

AutorAna Laura Magaloni

Estoy convencida de que si queremos un gobierno que comience a resolver los problemas cotidianos de la gente, nuestra mirada debe estar puesta en las elecciones a gobernadores y presidentes municipales. Es en el ámbito local en donde existen las grandes palancas de cambio social.

La tarea más importante de los gobiernos locales y municipales es proveer servicios públicos de calidad para que la vida cotidiana de las personas sea más sencilla y productiva. Me refiero al transporte público, el agua, el alumbrado, el pavimento, las banquetas, la policía, la atención primaria de salud, etcétera. En los barrios urbanos marginados de muchas de las ciudades del país estos servicios han quedado atrapados por las redes clientelares. Manzana por manzana, casa por casa, los intermediarios condicionan los servicios a cambio de disciplina hacia quien gobierna (control social) y, en época electoral, a cambio de votos. Desde los programas sociales hasta la reparación del alumbrado público se reparten a nombre del gobernador o el presidente municipal en turno. Ello ha hecho que la administración pública local sea frágil y con muy baja capacidad para generar burocracias impersonales que operen de forma regular con independencia del signo partidista. Las clientelas han inhibido la posibilidad de crear gobiernos locales y ello está asociado directamente a la ingobernabilidad y violencia que se vive en muchas partes del país.

Basta caminar por alguno de estos barrios para que se apodere la sensación que en esos territorios "no hay nadie a cargo", que la autoridad del Estado no existe, que la ley del más fuerte es la forma de establecer un principio de orden. En esos barrios el espacio público está arruinado, las jardineras repletas de basura, las calles rotas, las banquetas inexistentes, la policía ausente o coludida con los delincuentes. Ello abre espacios para que las pandillas y la violencia se apoderen del espacio público. El deterioro de la vida colectiva se hunde en una espiral implacable. Las causas de la violencia e inseguridad del país se comienzan a gestar en esos contextos de ausencia de un gobierno local capaz y con alguna dosis de ambición política para cambiar de fondo el statu quo.

¿Qué gobernador o presidente municipal se propondrá sustituir las clientelas por gobiernos efectivos? En los años 90 pensábamos que la sola competencia...

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