Andrés Clariond Rangel / ¿Pato o ganso?

AutorAndrés Clariond Rangel

Corre el segundo mes del nuevo Gobierno y las cifras se le vienen encima al personaje que lo lidera. Es imposible pensar que en tan poco tiempo se note un cambio, pero tampoco es lógico reclamarle a medios de comunicación y analistas hacer evaluaciones y confrontar estadísticas, práctica común desde la llegada de la democracia a México.

Si a eso se le suma que López Obrador vendió su arribo al poder cual acto de magia que mejoraría la situación de un plumazo, vuelve aún más entendible la posición de medios como REFORMA que, encendiendo el enojo del Presidente, demostró con datos duros que la violencia en el País sigue igual y que los malandros no se han tocado el corazón a pesar de tener de jefe de Estado a un promotor de palabra del amor, la paz y la unidad.

¿Cómo andará la corrupción en este mes? ¿El ejemplo de AMLO estará transformando conciencias? ¿Un Gobernador corrupto se sensibilizará hasta las lágrimas al ver al Presidente viajar en avión de línea y trasladarse en un Jetta? Probablemente no.

De igual forma, el burócrata que robaba durante el sexenio pasado lo sigue haciendo ahora, quizá hasta con mayor desparpajo pensando que la venganza no es el fuerte del Peje.

Es el inicio, hay que darle chance, dirán los apasionados seguidores de la 4T, pero el futuro pinta más plagado de voluntarismo y buenos deseos que de grandes transformaciones.

López Obrador inicio su sexenio ejecutando un intenso plan de modificar simbolismos con el que es difícil no estar de acuerdo. Acabó de un día para otro con la tradición de ungir al Presidente en un monarca inalcanzable, abrió Los Pinos casi sin darle tiempo a la Gaviota de hacer maletas, entre otras buenas ocurrencias.

Desgraciadamente AMLO no ha exhibido la misma inspiración y agilidad en temas de fondo. Su grito de batalla de "me canso ganso" en los casos de verdadera importancia muta a un "me hago pato" y la justa medianía de su héroe Juárez se vuelve una justa mediocridad. Y es que el Peje muestra indecisión en todos los frentes.

Canceló el NAIM a cambio de dos parches y sin poner sobre la mesa una opción igual de definitiva que el aeropuerto en Texcoco. Adecuar Santa Lucía y remodelar el Benito Juárez es darle aspirinas a un enfermo de cáncer que en poco tiempo necesitará de una intervención urgente y entonces habrá que buscar de nueva cuenta dónde construir un aeropuerto.

El grave delito del huachicoleo lo intenta resolver cerrando los ductos y moviendo la gasolina en pipas. ¿Cuánto...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR