Andrés Fábregas Puig/ Las lecciones del futbol
| Autor | Andrés Fábregas Puig |
Mi amigo y colega antropólogo, oriundo de Salamanca y residente en Avila, España, Pedro Tomé, me dice en una de sus excelentes epístolas cibernéticas que en todo el mundo hoy sólo se habla de una cosa: futbol. Y me sigue comentando mi amigo Tomé, a quien cito literalmente, "qué más da que Israel haya salido a toda prisa de Líbano, que Putin vuelva a amenazar a Afganistán", lo único que verdaderamente importa a las masas es el futbol.
Además, el miércoles 24 de mayo fue un día especial: en Francia, dos equipos españoles, el Real Madrid y el Valencia, disputaron la Copa de Campeones de Europa. Dado que el juego que terminó con la victoria del Real Madrid se transmitió por TV al mediodía, fueron miles los aficionados tapatíos que lo presenciaron. Por la noche de ese mismo día, el Estadio Jalisco se transformó en un infierno para las Chivas, que cayeron ante los Diablos Rojos del Toluca. Lo curioso es que la afición Chiva estuvo tranquila, y en momentos hasta festiva, por la espléndida exhibición de futbol de los choriceros. El secreto de esta extraña actitud radica en que el domingo anterior ya se había celebrado "el partido que importa" -al decir de los aficionados-, esto es: el cotejo contra el Atlas, equipo eliminado del campeonato mexicano por las Chivas.
De estos hechos desprendemos algunas lecciones. La más obvia es el cansancio del mundo por las guerras y las matanzas entre humanos, amén de los bochornosos espectáculos ofrecidos por los políticos. Del cansancio ante estos hechos, las masas han pasado al repudio más ostentoso: la indiferencia. Mejor ver futbol, y que sea en el terreno de juego en donde se diriman las rivalidades de variada clase, a seguir con las guerras que sólo benefician a los mercaderes que controlan la venta de armas, verdaderos ganones de los interminables conflictos que atraviesan el planeta. En el ámbito local, lo que importó era dirimir el choque de identidades y estatus sociales que representa el partido Atlas-Chivas. Lo que venga -para los seguidores del Guadalajara- después, no importa. El chiste es humillar a las "Márgaras" que le apuestan a todo lo que no es tapatío y que rechazan las manifestaciones de la cultura local, incluyendo al Himno Nacional, como lo demostraron con amplitud los aficionados atlistas el domingo 21. Esta lucha de identidades es profunda y, por el momento, su expresión más clara está en el futbol. El Atlas reúne a quienes están descontentos con lo que es la identidad tapatía...
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