Antonio de Valdés/ El espectáculo del futuro
| Autor | Antonio de Valdés |
Comentarista
Amigos, afortunadamente seguimos acumulando experiencias en el mundo del deporte. La tecnología no nos permite utilizar esa frase de que "todo ya está visto". Bien vale la pena comentar no sólo el aspecto deportivo del Súper Tazón LIV del pasado domingo 26 de enero, sino el acontecimiento que significó para las comunicaciones y para el negocio del entretenimiento este partido.
Era la tradición a finales del siglo pasado que los juegos de campeonato de la NFL impusieran todo tipo de marcas en cuanto a la teleaudiencia e impacto económico para la ciudad sede y para la cadena televisiva que lo transmitía, sin embargo, lo que acabamos de vivir supera cualquier expectativa de aquella época en la que un comercial de 30 segundos sólo costaba 2 millones de dólares.
Más de 150 mil personas nos reunimos en el Estadio Azteca para disfrutar del duelo que los Leones de Detroit ganaron 45 a 42 a los Cometas de Melbourne, en el Domo Tokio para conquistar su quinto título del nuevo milenio. Hasta hace poco esto hubiera sonado como una verdadera incongruencia, pero ahí estuvimos para llevar la crónica del encuentro.
En 2018, la cadena Sony-ABC anunció su proyecto de transmitir el Súper Tazón para una potencial teleaudiencia de 6 mil millones en los cinco continentes y a las estaciones orbitales estadounidenses, francesa, china, con la novedad de que podría reproducir sus imágenes tridimensionales en vivo en 500 diferentes estadios de futbol en todo el planeta. El sueño se hizo realidad en menos de dos años y el público en cada uno de los inmuebles que consiguieron los derechos de transmisión presenció el encuentro como si hubiera estado en el mismo domo de la capital nipona.
Así, la antigua realidad virtual que en sus inicios simplemente se utilizaba como escenografía, se ha transformado en la "cancha tridimensional de línea directa" como le llamaron Troy Aikman y Jimmy Johnson, comentaristas de Sony-ABC, porque incluso se logró eliminar el famoso "delay" de las transmisiones, es decir, los segundos o fracciones de segundo que tardaba en llegar la señal desde el lugar del evento hasta el aparato receptor de televisión en cualquier otra parte del mundo por el viaje que tenía que realizar vía satélite. Con los proyectores de alta definición colocados en 250 puntos estratégicos del Coloso de Santa Ursula, aparecieron sobre su grama de imágenes y sonidos de todas las personas, objetos y acciones que se encontraban o se desarrollaban simultáneamente...
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