Antonio Sánchez Antillón / La lógica del internado

AutorAntonio Sánchez Antillón

El dispositivo de los cursos de Mexworks coincide con el de las llamadas instituciones totales, como cárceles, internados, siquiátricos u órdenes religiosas.

En la inducción, iniciación o reclutamiento se especifican las reglas de la casa. Este es el momento fundamental, aquí se deslinda quién se integra o quién se va. Quienes se quedan tienen reconocimiento, quienes se van o se resisten, desprecio. Estas reglas son inherentes en cuanto que la funcionalidad de las relaciones queda establecida, queda claro quiénes son los que tienen que rehabilitarse y quiénes rehabilitan.

Asimismo, se dispone el lugar y el uso del mismo, cuál es la zona de exclusión, y los privilegios de uso de los recursos, la hora de la comida, los ejercicios, el ir al baño, el tener sexo. Esta prohibición del espacio, los tiempos y los actos, es el modo más sutil de colocar al novato o ingresante en un estado de retrogresión infantil: se deja de ser adulto, para volver a poner los ojos en ese padre total y arcaico, que ordena el mundo junto con sus supervisores, celadores, etcétera.

Esto no funcionaría si no asumiéramos los criterios de un para qué se está en el curso, o en el internado o en la cárcel: se puede ofertar higiene, responsabilidad, entrenamiento para el autocontrol, seguridad de que alguien me lleva a un estado mejor. Por ello tengo que renunciar al Yo, a esos papeles que...

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