Apila fracasos la verificación

AutorLiliana Navarro

Mientras la contaminación se dispara, programas de verificación vehicular o control de emisiones suman fracasos en Jalisco.

Los primeros esfuerzos son de 1992, en la Administración de Guillermo Cosío Vidaurri, y desde entonces ha habido señalamientos de corrupción, equipos inadecuados, extorsiones a talleres y la falta de estrategia integral.

Además, al menos en los últimos 11 años -no se tienen datos digitalizados previos- no se ha rebasado el 33 por ciento de cumplimiento, indica información de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet).

La polución de la ZMG va al alza: en 2018, en 3 de cada 5 días hubo mala, muy mala o extremadamente mala calidad del aire -más de 100 Imeca-, y el 25 de diciembre fue el día más contaminado desde que se tienen registros, con 324 Imeca.

La incursión de 1992 fue impulsando el modelo de verificentros, pero por errores derivaron en señalamientos de corrupción y favoritismo hacia empresas y se canceló.

En los siguientes sexenios fueron involucrados los talleres particulares para las verificaciones, incluso los hicieron invertir en equipos que resultaron ineficientes y se ofrecieron a sobreprecio.

En ese entonces, funcionarios calcularon que el cumplimiento fue de 30 por ciento, en promedio.

En 1997 el programa se volvió obligatorio, pero no incidió en la población y en promedio 7.5 de cada 10 autos incumplieron, según registros periodísticos.

En 2007, bajo el mandato del Gobernador Emilio González, fue lanzado el programa de Afinación...

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