Aquella Perla... / Cuando...

AutorAlberto Gómez Barbosa

Cuando había respeto para los mayores, se les ayudaba a cruzar calles, se les trataba con amabilidad; cuando se cuidaba de no soltar una puerta de vaivén como las de bancos, restaurantes, sin constatar que no viniera detrás otra persona y si era el caso, sostener abierta la puerta y permitir que aquel prójimo pasara; cuando era costumbre ceder la banqueta a mayores y mujeres.

Cuando ellas eran atendidas por varones educados, ayudándolas a poner y quitar sus abrigos -prenda ahora inexistente-, acercarles las sillas y abrir y cerrar las puertas de los autos.

Cuando las comidas, sobre todo la del mediodía se hacían en casa, la familia reunida, gozando de las preparaciones realizadas u ordenadas por la mamá, con ingredientes del día que ella iba personalmente a escoger al mercado cercano.

Cuando nadie se atrevía a acercarse a la mesa con la cabeza cubierta, mucho menos en restaurantes; cuando quienes usaban sombrero -que cayó en desuso luego de la Segunda Guerra- sabían de las reglas al portarlo: descubrirse al hablar a una señora o señorita, a una persona mayor y al ingresar a un local cerrado.

Cuando las cachuchas de visera solo se usaban para jugar al béisbol y quienes las portaban no requerían de instructivo para colocarlas adecuadamente, con la visera al frente, la visera hacia atrás solo la usaba el cátcher por el impedimento de la careta que protegía su rostro.

Cuando hombres y mujeres procuraban verse "arreglados" antes de salir de casa. Era costumbre de muchos tapatíos acudir al Centro, a las ocho de la noche, para presenciar la salida de las muchachas empleadas de las grandes tiendas, muy guapas y arregladas. Se...

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