Aquella Perla... / El Día de las Madres

AutorAlberto Gómez Barbosa

Hoy celebramos en México un día de mucha importancia. Familiar, social y económicamente hablando es una de las dos fechas grandes en el calendario, comparable a la Navidad.

La idea de la celebración nació en los Estados Unidos y quince años después fue promovida en México.

Hay confusión en los antecedentes pues dos activistas norteamericanas -Julia Ward Howe y Anna Jarvis-, desde la década de los años sesenta del siglo 19 organizaron reuniones para celebrar a las madres, pero las fechas oficiales del inicio del festejo son, en los Estados Unidos el año de 1914 cuando el Congreso decretó el segundo domingo de mayo para la celebración.

Quince años después, el 13 de abril de 1922, en México, el periodista Rafael Alducín propuso el 10 de mayo y la fiesta se comenzó a celebrar ese mismo año.

Tuvo mucha aceptación la idea y pronto los comerciantes se percataron de las posibilidades que para impulsar sus ventas tenía y apoyaron entusiastamente la celebración, como han apoyado la Navidad, el Día del Amor y la Amistad y allá en el norte, el Thanksgiving Day, que les han dado grandes rendimientos.

El Día de las Madres, en mitad del siglo 20, se homenajeaba a las "sufridas madrecitas mexicanas", a las "cabecitas blancas" -como se referían a ellas en los medios y en el cine- de forma sencilla.

La fecha cae, generalmente, en días laborables, pues al fijarla no se tuvo la agudeza de los americanos quienes la decretaron en domingo, y aquí consistía, por la mañana en una fiesta escolar en la que párvulos y niños de primaria bailaban, cantaban y declamaban temas alusivos en los que no se libraba ninguna de ser llamada "la mejor mamá del mundo".

En los colegios católicos tanto de niños como de niñas, se impulsaba, con tiempo, a formar el "ramillete espiritual" con la promesa de un número elevado de misas, rosarios y jaculatorias en beneficio de mamá, cifras que, sospecho, pocas veces se alcanzaban, pero que enternecían a las festejadas.

Los regalitos los comprábamos los chicos...

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